En regímenes autocráticos, autoritarios o totalitarios, donde el poder se asume como una representación escénica, la información pierde el carácter de bien público para convertirse en un ejercicio de manipulación comunicativa.
Cuba tal vez constituya el caso más atípico de las autocracias latinoamericanas actuales. Sus antecedentes de elecciones democráticas se remontan al periodo de 1940 a 1950.
Es difícil concebir la democracia en los márgenes de un orden republicano, entendido éste como una construcción colectiva con un fundamento legal y moral de lo público. En otras palabras, no hay República sin la construcción de un orden político basado en la igualdad ante la ley y la justicia social.
La VI Cumbre de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), en la Ciudad de México, ha generado diversas lecturas. Una es que el objetivo de AMLO es construir un nuevo acuerdo de integración de las américas ante el avance chino.
Azotada por la pandemia y en difíciles condiciones económicas y financieras, Cuba sorprendió al mundo con marchas populares pacíficas, crecientes, espontáneas, con presencia mayoritaria de jóvenes y sin la convocatoria de grupos de oposición.