Profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas - CIDE (México). Sus últimos libros son: "La salida del atraso" (2020) e "Un eterno comienzo (2017)."
El mundo se parece hoy a un bosque (en llamas) donde brotan varios hongos populistas que derivan sus aspectos disparejos de las diferentes tradiciones y culturas de cada país. Es el pasado que transmite al presente aquello que de sí mismo, aunque latentemente, persevera.
Pasan los caudillos milagreros, los militares, las democracias (más o menos apócrifas), las dictaduras modernizadoras, pero el atraso sigue dominando la vida de sociedades que no pueden acortar las distancias con los países que llamamos “desarrollados”.
Si Maduro consolida sus vínculos con el Ejército y una burocracia fuertemente ideologizada, el riesgo es que sus descendientes sigan en el poder ensalzando como logro antimperialista una mezcla de pobreza equitativamente distribuida, partido único y bocas rigurosamente selladas.
Hay dos clases de derrotas. Unas, en regímenes democráticos, vienen de errores y lentitudes políticas que se combinan con demandas sociales que se sienten (o son) desatendidas. En este grupo, en los últimos tiempos, podríamos incluir a Brasil y a Chile. Otra historia es la de las derrotas disfrazadas de victorias.