Tras haber estado alejado de la agenda mundial y de participar activamente en diversas reuniones internacionales, Brasil volvió a la comunidad internacional en 2023 con la misión de reposicionar su imagen en el exterior, buscando atraer nuevas oportunidades económicas y políticas a través de la cooperación internacional con otros Estados. En esta dinámica, se reconstruyó el Ministerio de Cultura y se reguló la mayor inversión de la historia brasileña. A través de la Ley Paulo Gustavo, se destinaron 3.800 millones de reales a la cadena productiva cultural en estados y municipios hasta 2023. Entre las diversas políticas públicas implementadas por el Ministerio de Cultura, se destaca la política de internacionalización de la literatura brasileña, a través del Programa de Apoyo a la Traducción y Publicación de Autores Brasileños en el Exterior, de la Fundación Biblioteca Nacional.
La actual política del gobierno de Lula da Silva para reconstruir la imagen de Brasil en el exterior busca participar en temas y debates considerados relevantes en la gobernanza global para ganar reconocimiento y legitimidad entre sus pares soberanos. Para ello, durante el primer año del tercer mandato presidencial, se fortalecieron las relaciones diplomáticas con otros países a través de agendas consideradas importantes para el desarrollo del país.
La agenda cultural se refuerza en este contexto con la reconstrucción del Ministerio de Cultura, institución fundamental para proyectar el soft power brasileño en el mundo (poder blando, en lenguaje académico). El soft power es un concepto creado por el profesor de relaciones internacionales Joseph Nye y utilizado por primera vez en la década de 1980. El concepto se generalizó en la década de 2000 como resultado de la profundización del fenómeno de la globalización y de la mayor influencia de actores no estatales en la dinámica de las relaciones internacionales, como la paradiplomacia, contribuyendo a oportunidades de ganancias económicas e intereses políticos.
Ejemplos de acciones recientes de soft power consideradas exitosas son el manga japonés y el K-pop coreano, bienes culturales que exportan la imagen de sus respectivos países y consiguen aumentar sus PIB por su capacidad de influencia, repercutiendo en los negocios internacionales y atrayendo turistas.
Tradicionalmente, Brasil también ha utilizado su cultura para proyectar su imagen al mundo. La música popular brasileña, como la bossa nova y la samba, son ejemplos de ello, pero hay otras acciones que también colaboran en esta dirección. La Fundación Biblioteca Nacional elabora y aplica desde 1991 una política de internacionalización de la literatura brasileña. Se trata del Programa de Apoyo a la Traducción y Publicación de Autores Brasileños en el Extranjero, una política pública ofrecida a editoriales extranjeras interesadas en traducir y distribuir en cualquier lengua obras de autores brasileños publicadas anteriormente en portugués.
A lo largo de poco más de 30 años, esta política pública, ahora en asociación con el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Relaciones Exteriores, ha apoyado más de 1.200 obras brasileñas, traducidas a 45 idiomas, siendo el español el idioma que lidera el ranking de traducciones, totalizando 287 apoyos financieros concedidos. Sólo en América Latina, hasta el primer semestre de 2023, se han apoyado 150 obras, repartidas en siete países. Argentina lidera el ranking, beneficiándose de más de 80 ayudas a la traducción.
La promoción de la literatura brasileña contemporánea está en sintonía con los objetivos de la Política Exterior del actual gobierno. Un resultado visible de este proceso es que las grandes editoriales están interesadas en traducir, publicar y divulgar en sus respectivos países narrativas de autores consagrados como Clarice Lispector y Machado de Assis, que encabezan el ranking de traducciones del Programa de Apoyo a la Traducción en sus respectivas categorías, así como de autores contemporáneos como el líder activista indígena Ailton Krenak y los profesores Conceição Evaristo y Djamila Ribeiro, reconocidos por el público y la crítica como éxitos por escribir a partir de sus conocimientos y experiencias.
A través de sus libros, Itamar Vieira Júnior y Micheliny Verunschk y otros autores consiguen transmitir las luchas, creencias, culturas y memorias de la sociedad brasileña contemporánea a lectores de otros países y culturas, contribuyendo a estrechar los lazos entre naciones. En este sentido, la actual ministra de Cultura, Margareth Menezes, destacó en septiembre de 2023, en la ceremonia de lanzamiento de la última convocatoria para 2022-2023, que la acción formaba parte de la iniciativa del gobierno Lula de reconstruir el Ministerio de Cultura y defendió que la promoción de la cultura brasileña debe considerarse parte de una política de Estado, es decir, que debe seguir realizándose independientemente de la ideología política del gobierno que asuma posteriormente la presidencia.
Además del Programa de Apoyo a la Traducción, otras iniciativas también forman parte de la estrategia de internacionalización de la literatura brasileña, como la participación de Brasil en diversas ferias literarias internacionales, realizadas en el segundo semestre de 2023 o que tendrán lugar en 2024. En América Latina, se destacan las ciudades de Buenos Aires (Argentina), Guadalajara (México), Bogotá (Colombia) y La Habana (Cuba), siendo estas dos últimas, lugares donde Brasil será homenajeado en 2024, lo que ayuda a corroborar el buen desempeño de la diplomacia cultural en estos países.
Según el presidente de la Fundación Biblioteca Nacional, Marco Lucchesi, en la ceremonia de lanzamiento del Programa de Apoyo a la Traducción, el compromiso de la FBN con esta política es representar, promover y defender la diversidad lingüística y cultural de Brasil. En este sentido, Lucchesi afirmó que «nuestra belleza reside en nuestra diversidad […]. Queremos decirle al mundo quiénes somos, no porque vayamos a enseñar, sino porque somos diferentes».
En vista de lo anterior, destacamos la necesidad de que el Programa de Apoyo a la Traducción de la FBN sea considerado por el Poder Ejecutivo como una prioridad presupuestaria, de modo que pueda ampliar las becas concedidas e incluir a más autores contemporáneos que aún no son ampliamente conocidos y que pueden contribuir, a partir de su cosmovisión, a reposicionar la imagen brasileña en el exterior.
Autor
Doctora en Relaciones Internacionales por la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ) y colaboradora del Centro de Cooperación y Difusión de la Fundación Biblioteca Nacional.