Ciertos especialistas y organizaciones locales consideran que este es un mecanismo concebido por poderes transnacionales para limitar la autonomía de la región.
El acuerdo marca un punto de inflexión en la agenda ambiental regional y tiene un enorme potencial en el proceso de construcción de sociedades más justas, equitativas y sustentables. A partir de su entrada en vigor, nuestra tarea como ciudadanos será trabajar para que sea ratificado por todos los países y se convierta en realidad.