La Libertad Avanza convirtió el masivo enojo social en motor electoral, logrando un contundente 40,7% y consolidándose como la principal vía de expresión del malestar argentino.
La política argentina vuelve a sorprender: en un giro inesperado, el oficialismo de Milei logró reconstruir su fuerza y consolidar una nueva hegemonía pese al desgaste de su gestión y las crisis internas.
Las elecciones de medio término se convirtieron en un plebiscito sobre Javier Milei. Su victoria consolidó el poder de La Libertad Avanza y reconfiguró el mapa político argentino.
La revolución libertaria de Javier Milei, que prometía liberar a Argentina del Estado, terminó sostenida por un rescate del Tesoro estadounidense, símbolo máximo del intervencionismo que juró combatir.
Milei llegó al poder como outsider disruptivo, pero el desgaste de su popularidad y las resistencias políticas marcan hoy los límites de su estilo confrontativo.