Milei llegó al poder como outsider disruptivo, pero el desgaste de su popularidad y las resistencias políticas marcan hoy los límites de su estilo confrontativo.
La estabilidad en la aprobación de Javier Milei tras dos años de gobierno enfrenta su mayor amenaza con el caso Spagnuolo, que erosiona el relato anticorrupción en plena recta electoral.
La derrota de Milei en Buenos Aires revela no solo el costo social de su ajuste económico, sino también las debilidades estructurales de un liderazgo incapaz de articular consensos políticos duraderos.
La derrota de La Libertad Avanza en Buenos Aires exhibe las fragilidades de un gobierno que oscila entre la ambición hegemónica y la debilidad estructural.
En Argentina, la política se enfrenta al desafío de gobernar el presente mirando hacia un pasado idealizado, lo que obstaculiza la proyección de un futuro posible.