Los suelos son la base silenciosa de nuestras sociedades y definen nuestras culturas. Más que un recurso, los suelos son un reflejo de nuestra relación con la naturaleza.
Los servicios ecosistémicos, que son los beneficios que la naturaleza proporciona a las personas, dependen de la conservación, el uso sostenible y la restauración de la naturaleza.
Con una gobernanza sólida y alianzas público-privadas, América Latina y el Caribe tiene el potencial de liderar la transición hacia una economía azul sostenible.
La biodiversidad es un activo económico, social y ambiental de gran importancia para todos los países, que abarca interacciones complejas desde la escala genética hasta la planetaria.
Mientras que los científicos se esfuerzan por entender cómo podríamos terraformar Marte, la minería de oro en la Amazonía está creando desiertos biológicos, transformando ecosistemas fundamentales para el planeta.
La verdadera inclusión implica respetar la diversidad de visiones y permitir que los pueblos indígenas sean los protagonistas de su propio desarrollo, sin imponerles modelos de conservación.