Algunos gobiernos, en nombre de la democracia, toman decisiones públicas que irónicamente pueden llegar a acabar con ella y hasta desatar los demonios en el mundo.
El aumento del autoritarismo, las restricciones a los derechos fundamentales y la ineficacia de los sistemas de justicia son factores que inciden en su declive.
En el mundo están apareciendo personajes que desafían el statu quo, promueven agendas antisistema y prometen una verdadera democracia que está marcada por tintes autoritarios.
Los actuales tiempos de democracias fatigadas están generando momentos que poco a poco se han ido decantando hacia la configuración de gobiernos caracterizados por la baja calidad de sus integrantes.
La victoria de Trump de regreso en la Casa Blanca puede ser la más exitosa inversión del magnate sudafricano, que pasa de ser un risk-taker a ser un king-maker.