Una ley de amnistía en Cuba no es meramente un objetivo político o legal: es una obligación moral para quienes encarnan el coraje y la resistencia contra la represión.
El resultado de estas elecciones tendrá impactos de gran alcance en la salud global y los derechos reproductivos, no sólo en y con las políticas de Estados Unidos, sino a nivel internacional.
En Cuba, el discurso oficial de intolerancia se entrelaza directamente con la deshumanización de aquellos percibidos como "otros", alimentando así un clima de represión política. Este fenómeno se fundamenta en eventos históricos que se extienden a lo largo de más de seis décadas.
La mayoría de los gobiernos latinoamericanos opta por el silencio ante atrocidades en otras regiones, como las guerras en Ucrania y Medio Oriente, ya sea por la "autodeterminación de los pueblos" decimonónica o el temor a ser juzgados internacionalmente con la misma vara.
Cuba suspendió su Examen Periódico Universal de Naciones Unidas y buena parte de las recomendaciones formuladas al Estado se centraron en los derechos humanos.