Aunque desde hace años distintas instituciones académicas, gubernamentales, think tanks y especialistas se han abocado a diseñar medidas para combatir la desinformación, los mecanismos para influir en las elecciones son cada vez más sofisticados.
Para 2025 la actividad electoral se reducirá considerablemente en el mundo, sin embargo, cinco países del continente americano renovarán su poder ejecutivo y legislativo, mientras que dos elegirán al Parlamento y uno al Poder Judicial.
Los resultados de las elecciones pueden verse como una reacción antiprogresista que ya venía mostrándose en la opinión pública, según las encuestas, y en el comportamiento de las audiencias.
Latinoamérica, con sistemas electorales y organizaciones administrativas muy diferentes, puede tomar algunas lecciones en materia de facilidades para la emisión del voto.
Uruguay vuelve a mirar hacia la izquierda, en un giro que lejos está de ser radical respecto a lo alcanzado por la administración centroderechista del nacionalista Lacalle Pou.
El voto obligatorio busca que todos los sectores de la sociedad participen activamente en la toma de decisiones públicas, contribuyendo así a una democracia más inclusiva.