Latinoamérica, con sistemas electorales y organizaciones administrativas muy diferentes, puede tomar algunas lecciones en materia de facilidades para la emisión del voto.
Uruguay vuelve a mirar hacia la izquierda, en un giro que lejos está de ser radical respecto a lo alcanzado por la administración centroderechista del nacionalista Lacalle Pou.
El voto obligatorio busca que todos los sectores de la sociedad participen activamente en la toma de decisiones públicas, contribuyendo así a una democracia más inclusiva.
La fuerte presencia de candidatos independientes en Chile confirma otro fenómeno relevante en varios países de la región: el deseo de los votantes de elegir figuras sin vínculos con los partidos tradicionales.
A pesar de las encuestas, lo que en realidad supondría una sorpresa en la segunda vuelta de los comicios presidenciales de Uruguay no sería precisamente el triunfo oficialista sino su derrota.
Uruguay todavía tiene pendiente elegir a quién conducirá el Ejecutivo, pero más allá de que se decline por la continuidad o apueste al cambio, el juego fuerte será en el Palacio Legislativo.