El voto obligatorio en América Latina revela una paradoja: aunque la ley exige participar, la participación real depende mucho más de la confianza ciudadana que de las sanciones.
A pocos días de las elecciones, Honduras encara un proceso marcado por la desconfianza ciudadana, la fragilidad institucional y las tensiones políticas y tecnológicas que amenazan la credibilidad de la jornada electoral.
El derrumbe electoral del MAS tras dos décadas de dominio marca el fin de un ciclo político en Bolivia y abre paso a Rodrigo Paz, quien asumirá la presidencia en noviembre tras imponerse en una inédita segunda vuelta.
La caída de la participación electoral revela una crisis inquietante: cuando el pueblo deja de votar, la democracia se vacía y avanza, por decisión propia, hacia la “servidumbre voluntaria”.