La COP16 trajo al debate sobre la conservación de la biodiversidad discusiones y reflexiones, aún en proceso de construcción, que han sido abordadas por el campo de estudio denominado “construcción de paz ambiental”.
Uno de los logros más significativos de la COP16 fue la creación de un órgano subsidiario permanente que permitirá a los pueblos indígenas y comunidades locales tener una voz directa en las negociaciones.
En su intento de posicionar a Brasil como un líder global en la acción climática, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió el ambicioso compromiso de poner fin a la deforestación para 2030.
Esta tormenta de extinción no solo amenaza con eliminar alimentos y productos que valoramos, como el chocolate o el café, sino que también provocará una homogeneización de la flora mundial.
Se refiere a los bosques que en apariencia parecen intactos pero que, sin embargo, han perdido gran parte de su fauna, lo que afecta a procesos ecológicos como la polinización y la dispersión de semillas, vitales para su supervivencia.
A pesar de reconocer el problema climático, el FMI y el Banco Mundial siguen priorizando las necesidades inmediatas, en lugar de considerar los desequilibrios que genera el modelo petrolero en el mediano y largo plazo.