Las crisis cuestionan, implican el devenir de momentos críticos, puntos de quiebre, reflejan un camino plagado de riesgos, pero también de oportunidades. Y, como manejando en una ruta, observamos múltiples señales.
La concentración de la riqueza se está acentuando. Mientras, la situación laboral de gran parte de las sociedades se está deteriorando con regímenes laborales más intensos, obstáculos a la sindicalización y rezagos en los salarios.
Para evitar el colapso ecológico y social al que nos enfrentamos, hacen falta reformas profundas de ese sistema económico global, empezando por una descarbonización de nuestra sociedad. Y para ello hace falta voluntad y valentía política.
El discurso de Milei en el Foro Económico Mundial pareció una síntesis - caricaturesca- de la pobreza intelectual del libertarismo contemporáneo. De no ser por los peligros que encierra dicha ideología para el orden democrático, no debería siquiera tomarse en serio.
América Latina es escenario de disputas entre grandes empresas por el control del agua. Estas presiones para privatizar las fuentes de agua y los servicios de saneamiento son resistidas en Bolivia, Argentina, México y, más recientemente en Chile y Brasil.
La migración es un fenómeno central del mundo contemporáneo que desafía a todos los países implicados. Y la promoción del espíritu empresarial suele ser considerado como la solución para integrar a los migrantes en la sociedad de acogida. ¿Se trata de otro mito neoliberal o es una opción viable?