Para intentar dar legitimidad a un proceso fraudulento, el CNE y la Cancillería invitaron a centenares de integrantes de movimientos sociales, asociaciones civiles y partidos afines al gobierno en calidad de “observadores”.
La observación electoral intervenida o politizada es una herramienta usada por los regímenes autocráticos para intentar comprar legitimidad y contrarrestar los efectos de las organizaciones independientes.
Si bien índices internacionales clasifica a la democracia argentina con niveles aceptables y sus elecciones nacionales son valoradas positivamente, existe todo un abanico de malas prácticas que se han naturalizado.
En Argentina no existe la figura de la observación electoral nacional, sino la de acompañamiento cívico, una modalidad de monitoreo mucho más limitada y poco regulada.
Las protestas contra los gobiernos de tendencia autocrática y el descontento con la democracia y las instituciones se reflejan en las calles y la situación no muestra signos de recuperación. En este escenario, la observación electoral es una práctica necesaria.