En un mundo marcado por la fragmentación geopolítica y la crisis de liderazgos morales, el Vaticano vuelve a posicionarse como un actor con potencial para mediar, denunciar y proponer.
Seguramente la fuga de personal político del PRO de Macri a LLA de Milei consolide en la elección general de medio término de a este nuevo espacio y lo catapulte a las presidenciales de 2027
La geopolítica se aplica hoy a casi todo, pero su uso frecuente viene cargado de enfoques limitados y prejuicios que empobrecen el análisis en lugar de enriquecerlo.
Muchos intentan ubicar al nuevo papa como progresista, conservador, o moderado, sin embargo, se trata de categorías inadecuadas para comprender los desafíos de la Iglesia.
La política actual ya no se explica solo con ideologías o programas, sino con emociones y relatos digitales. Comprender por qué figuras como Bukele y Milei dominan este nuevo lenguaje es clave para entender —y disputar— el poder en el siglo XXI.
Mientras emergen voces que atentan contra la supervivencia de la democracia, el desafío es mantener vivo el legado de aquellos que aprendieron que la intolerancia jamás será la solución.