La regulación de los medios digitales se ha convertido en uno de los temas más urgentes del debate público ante los desafíos que plantean las grandes transformaciones de la política y las interacciones sociales.
Las redes sociales han revolucionado la manera en que los jóvenes se relacionan con el mundo y con las causas sociales ya que a través de estas pueden organizar campañas, viralizar mensajes y firmar peticiones en segundos.
Así se conoce a las redes sociales y proveedores de servicios de Internet populares entre la extrema derecha por su mayor flexibilidad en la moderación de contenidos que las plataformas convencionales.
Las redes sociales contribuyen a que los regímenes autoritarios ya no sean tan herméticos y sólidos, ya que están expuestos a que, con un solo clic o video, el mundo sepa de ellos.
Las redes sociales y los líderes inescrupulosos arman una combinación explosiva y pueden ser un factor de erosión más en las relaciones entre los países, como lo muestra la pelea por X del presidente argentino Javier Milei con sus pares de Colombia y México.
La polarización, aunque siempre ha existido, cobra relevancia en tiempos de la comunicación política digital porque se vuelve un recurso que desgasta la sociabilidad y promueve la fragmentación social.