Desde 1970 a 2025 25 expresidentes latinoamericanos fueron sometidos a procesos judiciales. ¿Qué demuestra esta tóxica relación entre el ejercicio del poder y el cumplimiento de las normas? ¿Hay soluciones posibles?
Las autocracias electorales perfeccionan el control judicial mediante organismos disciplinarios que, lejos de garantizar justicia, sofocan la independencia de los jueces.
Javier Milei ha gobernado mediante decretos controvertidos y, en medio del “Criptogate”, ha buscado consolidar su poder en el poder judicial, erosionando así la democracia argentina.
Comienza una etapa, no solo del Poder Judicial sino de la relación entre los poderes del Estado, ya que las nuevas leyes establecidas por el Poder Ejecutivo y Legislativo establecen un sistema Judicial sin poder propio.
Las elecciones judiciales no despiertan expectativa porque la gente está persuadida de que, gane quien gane, la justicia no se hará más competente, más rápida y más honesta sino todo lo contrario.