Nuestras sociedades deben enfrentar el cambio climático en un contexto de fuerte incertidumbre: se desconoce el momento en que irrumpirá un quiebre y rompa el equilibrio del ecosistema en cuestión.
La matriz principal del continente ha sido tradicionalmente hidroeléctrica, pero en los últimos años, se ha observado un crecimiento de su capacidad eólica y fotovoltaica.
Toda crisis impone desafíos pero abre también ventanas de oportunidad y de cambio que que son aprovechadas por algunos. Otros, sin embargo, se postran ante la desesperanza y el miedo.
En un mundo que seguirá demandando petróleo para satisfacer sus necesidades de energía, es injusto negarle al pequeño país la oportunidad de dar un salto hacia el desarrollo a partir del aprovechamiento de sus recursos naturales.
Las iniciativas de algunos bancos centrales de la región contra la emergencia climática se limitan a una mayor divulgación y transparencia de la información sobre emisiones.
Para Petro, la cumbre con Biden fue un espaldarazo a su ambiciosa política de transición energética con la cual Colombia se posiciona como el primer país petrolero en plantear la prohibición a nuevos proyectos de prospección.