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El “liderazgo político pandémico” y las mujeres gobernantes

En 2020 se dio un cambio significativo en la apreciación de los liderazgos políticos de las mujeres, aunque es muy pronto saber si esta valoración persistirá en el tiempo. La forma como algunas jefas de Estado o de gobierno manejaron la pandemia de la Covid-19 llevó a que se realzara su gestión. En Brasil, por ejemplo, un estudio realizado con el apoyo de la Universidad de Sao Paulo y de la Universidad de Barcelona, que indagó sobre la gestión de la pandemia por parte de los alcaldes y las alcaldesas, muestra que las alcaldías lideradas por mujeres mostraron una mortalidad 43,7% menor que las lideradas por los hombres.

Liderazgos femeninos frente a la pandemia

Un mes después de que el director de la Organización Mundial de la Salud declarara que la Covid-19 era una pandemia, salió publicado un artículo en Forbes en el que se señaló que los países que mejor la habían manejado tenían en común que eran gobernados por una mujer. Se destacó la labor realizada por Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán; Angela Merkel, canciller de Alemania; las primeras ministras Jacinda Ardern, de Nueva Zelandia; Sanna Marin, de Finlandia; Katrín Jakobsdóttir, de Islandia; Mette Frederiksen, de Dinamarca y Erna Solberg, de Noruega.

A partir de entonces, se publicaron artículos de prensa en todo el mundo resaltando su gestión en el manejo de la pandemia. Se destacaron cualidades como el cuidado de la ciudadanía que privilegió la vida de las personas por encima de la racionalidad económica. Todo ello con un enfoque que no desmontaba los estereotipos de género, sino que en muchos casos los profundizaba y se seguía aplicando el doble rasero: se evaluaban las conductas de manera distinta si las desarrollaba un hombre o una mujer.

América Latina no fue una excepción. Aunque la región actualmente no tiene mujeres gobernantes en la cúspide del Poder Ejecutivo, hay mujeres que dirigen gobiernos regionales o locales.

El estudio mencionado al inicio del texto, además de mostrar una mortalidad sensiblemente menor de las alcaldías lideradas por mujeres, demuestra también que estas tuvieron un 30,4% menos de hospitalizaciones por Covid-19. Además, los autores del estudio concluyeron que si la mitad de los municipios de Brasil hubiesen estado liderados por mujeres, la mortalidad en el país hubiese sido menor en un 15%.

Es importante destacar que un enfoque excesivo en el género de los liderazgos para determinar los factores de éxito en la gestión de la pandemia puede resultar contraproducente para las mujeres; se corre el riesgo de que se les evalúe con mayor exigencia y que reciban un rechazo mayor si no cumplen con los estándares establecidos.

¿Qué tienen en común los países liderados por mujeres que han gestionado con éxito la pandemia?

Lo primero a destacar es que los siete países pertenecen al Norte global. Presentan una sólida institucionalidad, alta inversión social, incluida la salud pública (está demostrado que los países dirigidos por mujeres invierten más en esta área y eso está asociado con un menor número de muertes por la Covid-19), están en los primeros lugares del Índice de Desarrollo Humano y hay una presencia alta de mujeres en los órganos legislativos que está por encima del 30% .   

Por lo tanto, estos países estaban entre los más preparados para gestionar la pandemia. Cabe destacar, no obstante, que se observaron diferencias entre estos países y otros liderados por hombres que también están entre los que tienen mayor Índice de Desarrollo Humano y una institucionalidad sólida, como Suecia y Reino Unido.

Esta información puede llevar a conclusiones simplistas de que las mujeres lo hicieron mejor por razones de género, pero es necesario profundizar y responder a un conjunto de interrogantes: ¿cómo fueron estas actuaciones? ¿qué medidas se tomaron? ¿qué determinó una gestión exitosa?

Liderazgo pandémico

Basándose en una investigación sobre la gestión de la pandemia de la primera ministra de Nueva Zelandia, Jacinta Ardern, considerada una de las más exitosas, Suze Wilson desarrolló el concepto de “liderazgo pandémico” y los elementos que se tuvieron en cuenta en el manejo de la Covid-19. Su estudio establece un marco analítico que permite evaluar las actuaciones de las siete mujeres gobernantes señaladas en este artículo.

El primer factor se refiere a la importancia que se le dio a las orientaciones y directrices de las personas expertas en pandemia a la hora de tomar decisiones. En el caso de Ángela Merkel, se asesoró con una red de expertos provenientes de distintas agencias de salud pública y universidades.

Otro elemento a destacar es el manejo de información seria, creíble y oportuna, que llegue a la ciudadanía. La primera ministra neozelandesa ha sido elogiada por la manera cómo ha manejado la información a través de las redes sociales y se ha mantenido en contacto con la ciudadanía. También destaca el caso de la primera ministra de Finlandia, quien usó a influencers para informar a la población más joven y evitar la propagación del virus.

La empatía ha sido uno de los factores altamente valorados en el contexto de la pandemia. Se han destacado los liderazgos que han reconocido públicamente el impacto de las medidas tomadas en la vida cotidiana y el mensaje que han transmitido sobre la necesidad de unir esfuerzos. En este caso destaca la primera ministra de Noruega, quien usó la televisión para hablarle a la niñez de su país sobre el virus.

El manejo de aspectos prácticos por parte de quienes ejercen el liderazgo también ha sido importante. En ese sentido, Jacinda Ardern grabó videos sobre la vida cotidiana para concientizar sobre el confinamiento, mientras que Ángela Merkel explicó que se garantizaría el abastecimiento permanente de alimentos e instó a la ciudadanía a evitar el acaparamiento.

Estas líderes actuaron, además, de forma rápida y oportuna, y aunque tomaron medidas impopulares que afectaron la economía como el confinamiento obligatorio, las estrategias permitieron un manejo eficiente de la Covid-19. Pero no hay una relación directa entre esta forma de actuar y el hecho de ser mujeres. También algunos hombres gestionaron de forma eficiente la pandemia, aunque no se hable de ellos.

Lo dicho anteriormente no desconoce el hecho que, por socialización de género, las mujeres lideresas hayan tenido más desarrollados ciertos rasgos fundamentales para el manejo de la pandemia, como la empatía y la cercanía con la población.

Que estos rasgos, considerados “típicamente” femeninos, sean valorados de forma positiva, lo que no ocurría anteriormente, parece abrir un camino nuevo en el estudio del liderazgo político. También hay que reconocer el impacto que tiene en la representación simbólica el hecho de que la gestión de las mujeres gobernantes sea evaluada positivamente.


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Doctora en Ciencias Políticas. Profesora investigadora de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad Simón Bolívar (Colombia). Integrante de la Red HILA y de la Red de Politólogas #NoSinMujeres.

 

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