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Venezuela: ¿por qué ahora es diferente?

Más de treinta naciones han reconocido oficialmente a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, como legítimo presidente interino y encargado de liderar una transición hacia la democracia, dejando con ello al gobierno de Maduro en un limbo diplomático. ¿Qué ha cambiado para que, a diferencia de otras ocasiones de fuerte enfrentamiento entre partidarios y opositores al régimen de Maduro, en esta oportunidad haya habido un posicionamiento claro de gran parte de los Gobiernos democráticos del mundo y hayan oficializado su apoyo a la oposición al régimen?

No se trata solamente del respaldo del gobierno de Trump, cuya preocupación con la democracia venezolana suena tan poco convincente como la de Rusia, China o Cuba. De hecho, el apoyo de Estados Unidos, si bien es importante para la oposición, no debilita a Maduro. Por el contrario, ese apoyo, y la posibilidad de una intervención armada norteamericana, lo reafirman en su discurso de confrontación con el imperialismo yanqui y en su determinación de aferrarse al poder, con la excusa de una posible intervención militar.

En esta oportunidad la oposición también ha sido respaldada por Canadá, diez Gobiernos latinoamericanos y 19 países de la Unión Europea, incluyendo las principales potencias como España, Francia, Alemania y el Reino Unido, con la excepción de Italia por falta de acuerdo en su Gobierno.

Varias cosas han cambiado en la larga crisis venezolana, tanto interna como externamente, que explican ese amplio apoyo internacional y han hecho de este un momento de difícil retorno al statu quo bolivariano»

Ciertamente varias cosas han cambiado en la larga crisis venezolana, tanto interna como externamente, que explican ese amplio apoyo internacional y han hecho de este un momento de difícil retorno al statu quo bolivariano. Entre los factores externos, además del factor Trump, han sido elegidos en los últimos años, en varios países de América Latina, Gobiernos de derecha o centro derecha con presidentes críticos al régimen de Maduro. No obstante, en esta ocasión también se ha sumado el gobierno de Lenín Moreno, de Ecuador, que si bien ya se había distanciado del efusivo apoyo del expresidente Rafael Correa a Venezuela, hasta ahora había mantenido una posición cautelosa a la hora de condenar al régimen venezolano.

Pero también hay factores internos fundamentales que han posibilitado, en esta oportunidad, un amplio y claro respaldo internacional a la oposición a Maduro. En primer lugar, la falta de legitimidad de su reelección, llena de irregularidades y ausencia de garantías mínimas para la oposición, con varios dirigentes políticos presos y partidos ilegalizados, además de un organismo electoral controlado por el Gobierno. Esto motivó la no participación de los principales grupos de oposición y una abstención del 54% de los votantes, según datos del propio Gobierno (el promedio de abstención en las últimas tres elecciones había sido en torno del 20%). Previamente, similares irregularidades se habían dado con la convocatoria a una Asamblea Constituyente por el propio presidente, procedimiento no establecido en la Constitución, lo que también llevó a una masiva abstención de la oposición y a la elección de una constituyente 100% chavista.

Un segundo factor interno esencial es la legitimidad democrática de Guaidó, representante de un Legislativo con mayoría opositora, la Asamblea Nacional, electa en 2015, pero relegada a un segundo plano por la Asamblea Constituyente que también se ha otorgado la facultad de legislar.

Por otra parte, las recientes multitudes congregadas por la oposición a Maduro han sido verdaderamente desbordantes y generalizadas en todo el país, superando lo visto en años anteriores. Y por último el aumento a niveles sin precedentes de la crisis económica y humanitaria, que ha llevado a una hiperinflación estimada en 1.000.000% en 2018, según datos del FMI y otros organismos no gubernamentales (no hay datos oficiales), a un desabastecimiento generalizado y al mayor movimiento migratorio registrado en América Latina. Esta emigración masiva de venezolanos hacia el resto de los países de la región ha hecho que la crisis política y social venezolana haya ido adquiriendo gradualmente un perfil continental.

Se sabe que la autoproclamación de Guaidó como presidente interino sorprendió a gran parte de la oposición venezolana, como declaró el excandidato presidencial Henrique Capriles, quien temía que esta decisión tuviese un apoyo internacional limitado (básicamente Estados Unidos, Colombia y Brasil) y una fuerte represión del régimen. Como el propio Capriles reconoció, el amplio respaldo internacional ha sido fundamental para impedir, hasta ahora, una reacción más fuerte del régimen, incluyendo la prisión, la pérdida de derechos políticos o el exilio de Guaidó, las tres opciones a que se han visto enfrentados los dirigentes opositores hasta ahora.

El respaldo a Guaidó por parte de la comunidad internacional de naciones democráticas y la presión por nuevas elecciones presidenciales es esencial para fragilizar el régimen y dar chance a una transición hacia la redemocratización del país. Ese apoyo internacional es, a su vez, un contrapeso a los desvaríos de una intervención militar impulsada por Trump, un resultado tan poco deseable para Venezuela y la región como la continuidad del régimen dictatorial de Maduro.


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Cientista político. Profesor de la Universidad Estatal del Norte Fluminense - UENF (Brasil). Doctor en Ciencia Política por el Inst. Univ. de Investigaciones de Rio de Janeiro - IUPERJ (actual IESP / UERJ). Postdoctorado en el Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca.

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