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Elecciones tras una puñalada

Pensar a partir de las paradojas puede ayudarnos a interpretar el presente. Y el episodio de la puñalada al candidato de las elecciones por la Presidencia de Brasil, el excapitán Jair Bolsonaro (PSL), puede ser un buen ejemplo. Bolsonaro no estaba yendo bien en las entrevistas y debates, sin embargo, en las redes sociales, con más de 5 millones de seguidores, su presencia era innegable. Pero su permanencia en el hospital por prácticamente un mes le mantendrá alejado de nuevos debates y entrevistas, mientras la campaña se seguirá desarrollando en las redes sociales.

Sus hijos ya parecen estar sustituyéndolo ante las cámaras, aunque es esperable, con cierta avidez, que el oculto economista que lo acompaña, Paulo Guedes (un neoliberal sin concesiones, proprivatizaciones), pueda comenzar a aparecer en dosis homeopáticas, en la medida que “el mercado” se está inclinando a apoyar la candidatura del excapitán. Con Bolsonaro ausente, y con nuevos rostros, un poco menos belicosos en escena, la intención parecía ser inyectarle nuevos bríos a la campaña y sobrepasar el techo del 22% para la primera vuelta, que le otorgaba la encuesta de opinión de Ibope de la semana pasada. Y en pocos días se logra percibir cierto efecto tras la puñalada. En encuesta divulgada este lunes 10 de septiembre por parte de FSB/BTG Pactual, Jair Bolsonaro dio un salto considerable pasando del 26% al 30%, que lo aisló del resto de los candidatos.

Bolsonaro, quien no solo representa políticas de derecha o de extrema derecha, sino que se presenta como un “antisistema”, se ha visto beneficiado por el efecto de marketing que le permitió sensibilizar a aquellos que veían en él, la única figura “contra todo lo que está ahí”, en referencia al sistema político del país. No obstante, y más allá del crecimiento, hay algo claro: para los actores que quieren escuchar más que de armas, “kit gay” y penalización del aborto, la imagen del candidato se ha agotado. ¿Será que el economista Paulo Guedes saldrá, finalmente, de su escondite?

La puñalada consiguió alterar el escenario político en varios sentidos»

Pero paradójicamente, Bolsonaro no fue el único en despuntar en estos días. La puñalada consiguió alterar el escenario político en varios sentidos. En la encuesta de la semana pasada de Ibope, previa al episodio, los candidatos Marina Silva (Rede) y Ciro Gomes (PDT) se posicionaron en segundo lugar, igualados con 12%. Pero mientras Marina Silva se mantuvo, Ciro Gomes avanzaba cuatro puntos, en un salto de gran importancia para el contexto electoral actual, si se considera además que es el candidato menos rechazado por el electorado. Más atrás, Geraldo Alckmin (PSDB) contaba con el 9%, y Fernando Haddad (PT), con el 6%. Ahora bien, al considerarse la reciente encuesta de FSB/BTG Pactual, se puede ver que mientras Ciro Gomes aumentó de 4% a 7%, Marina Silva se mantuvo, lo que acentúa la tendencia de crecimiento de Ciro Gomes en la disputa para la segunda vuelta con Jair Bolsonaro. Este avance de Gomes no se puede atribuir directamente al “efecto puñalada”, ya que venía manifestando avances desde la semana pasada, pero sí puede atribuirse al crecimiento de Bolsonaro.

No es posible prever qué sucederá con la campaña de Bolsonaro y su apoyo. Muy probablemente haya llegado a su techo con sus 30% de adhesiones. Pero sí se prevé que sucedan dos cosas. Primero, Lula da Silva, aún preso, puede constituirse en una víctima de segundo orden, ya que las atenciones fueron desviadas. Con esto, es posible que la estrategia del PT, centrada en Lula y su condición de inviabilizado para las elecciones, comience a perder fuerza. De hecho, en la tarde del martes 11, la ejecutiva del PT, en el límite del tiempo exigido por el Tribunal Superior Electoral, nombró a Fernando Haddad, su candidato a vicepresidente, a encabezar la lista a la Presidencia, en un contexto de gran dificultad en la transferencia de votos de Lula hacia lo que había sido, hasta el momento, su candidato suplente. En segundo lugar, Bolsonaro gana cierto blindaje por su condición de salud. Aquí quien saldría perdiendo sería Geraldo Alckmin (PSDB), el candidato que más se está esforzando en desconstruirlo para atraer eventuales electores de la derecha y a mujeres.

Todavía, a más de tres semanas de las elecciones, hay un alto porcentaje de indecisos. No obstante, considerando las últimas encuestas, parece claro que habrá segunda vuelta y que Marina Silva y Ciro Gomes son los candidatos con mayores chances de disputarle la Presidencia a Bolsonaro. Pero una diferencia a favor de Ciro Gomes puede ir ampliándose, paradójicamente, por el “efecto de la puñalada” que, como era de prever inicialmente, beneficiaría solo a Bolsonaro.

Hay indicios de que la campaña tienda a polarizarse una vez más, y en esta oportunidad los protagonistas centrales no parecen ser los clásicos PSDB y PT. Al reciente estancamiento de Marina Silva, quien continúa evadiendo la polarización, se le opone el crecimiento de Ciro Gomes, que por estos días está de campaña en el nordeste del país, donde se presume que pueda disputar el electorado tradicional del PT. No obstante, Ciro Gomes, quien también venía evitando la polarización, se ha visto sorprendido por una situación ajena que se ha encargado de reubicarlo en medio de la polarización.

Según la encuesta de Ibope, Bolsonaro solo ganaría en segundo turno al candidato del PT, Fernando Haddad. Ciro Gomes, por otro lado, sería con quien perdería por una mayor diferencia, aunque Marina Silva también le ganaría en una eventual segunda vuelta. De esta manera, Ciro Gomes se ha convertido en la mayor preocupación para dos sectores políticos: para el PT por riesgo a perder la hegemonía de la izquierda; y para el sector de Bolsonaro, que habría soñado una disputa con el PT y explotar una polarización y una narrativa antilulista, y que ahora, frente a Ciro Gomes, se enfrenta ante una polarización política real.

Si en el tiempo que falta no hubiera grandes alteraciones y las tendencias electorales siguiesen su curso, Ciro Gomes —heredero de un desarrollismo truncado a la brasileña, un socialdemócrata posmoderno, ecléctico en sus preocupaciones sociales y culturales, y una especie de mezcla de Leonel Brizola con Emmanuel Macron— puede llegar a ser el nuevo presidente de Brasil desde el 1 de enero de 2019. Pero, ciertamente, todavía hay mucho por delante.  

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Cientista político. Profesor del Programa de Postgrado en C. Sociales de UNISINOS (Brasil). Doctor en Sociología Política por la UFSC (Brasil). Postdoctorado en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Univ. de Miami. Prof. vsitante en la Univ. de Leipzig (Alemania).

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