Guillermo Lasso cumple sus primeros seis meses de gobierno. Arrancó bien, sin embargo, hay tres factores que complejizan su gestión: carece de cualquier mayoría en la Asamblea, su equipo está en curva de aprendizaje y le desborda la realidad: desempleo e inseguridad.

Este buen arranque del Gobierno atraviesa, sin embargo, dificultades políticas que eran previsibles desde la primera vuelta electoral debido a su exigua representación en la Asamblea Nacional.

La vacunación se ha convertido para el gobierno en un muro que viene conteniendo las demandas de los diferentes sectores sociales. Pero la falta de respuestas a sus demandas podría llevar al país a un nuevo estallido social.

Las elecciones decantaron a favor del opositor a la Revolución Ciudadana. Pero en la Asamblea, el movimiento liderado por Rafael Correa representa la primera fuerza política. Por ello, el gobierno de Lasso está exigido a negociar permanentemente con partidos que cuentan con agendas muy distintas.

Guillermo Lasso, candidato por el partido de derecha CREO, fue electo presidente de Ecuador en su tercer intento, en competencia contra el mismo contendor desde el año 2012, el correísmo. En esta ocasión, cerró filas por salir de la corriente hegemónica durante los últimos 14 años.

¿Los debates electorales cambian las preferencias de voto o son espacios de disputa simbólica en la opinión pública sin ningún efecto? Los debates tienen un poder simbólico que nadie pone a prueba. La confrontación de ideas enriquece la deliberación pública y exige a los candidatos una mejor preparación para llegar a los electores.

Los mítines multitudinarios en las plazas, los conciertos en las canchas de fútbol y la utilización de cualquier espacio de concentración masiva para capturar voluntades han quedado atrás. La disputa por los votos durante la campaña electoral en Ecuador se está produciendo en Facebook, Instagram, Whatsapp y Tik Tok.

Ecuador es el primer país de América Latina en concurrir a las urnas este año. Se trata de una elecciones generales signadas por un Gobierno desgastado, un nuevo rebrote de la pandemia, un proceso de vacunación en ciernes, crisis económica y fragmentación política.