Profesor de la Univ. Autónoma de Barcelona. Doctor en Economía por la Univ. de Barcelona. Master en Desarrollo del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (CIDOB). Especializado en econ. internacional y econ. urbana.
Una razón fundamental por la cual la desigualdad se mantiene elevada es la poca eficacia de los gobiernos latinoamericanos para redistribuir la riqueza.
Para evitar el colapso ecológico y social al que nos enfrentamos, hacen falta reformas profundas de ese sistema económico global, empezando por una descarbonización de nuestra sociedad. Y para ello hace falta voluntad y valentía política.
Las cifras de migrantes internacionales, así como la de desplazados internos, no paran de subir. En América Latina millones de venezolanos siguen escapando cada año del régimen totalitario que los gobierna; un éxodo que suma cuatro millones en los últimos años.
Las relativamente recientes y aún frágiles democracias latinoamericanas no están libres de las amenazas de la pandemia. En medio de la expansión del coronavirus, países como Bolivia, Chile, Ecuador y El Salvador aprobaron medidas que suspenden temporalmente la protección constitucional de algunos derechos fundamentales.
La economía es un juego de confianza. Las empresas, así como las naciones, crecen, se estancan o caen en función de la confianza que haya en ellas. Siempre ha sido así, pero hoy, en donde la imagen está por delante de todo, donde la competencia es cada vez más fuerte y donde todo se cuestiona, la confianza es fundamental.
Últimamente han salido a la luz datos preocupantes para los latinoamericanos. Datos que muestran la rapidez con la que estamos arrasando uno de nuestros tesoros más valiosos: la selva amazónica. Según datos de Amazon Conservation, se han deforestado más de 4.2 millones de hectáreas en los últimos diecisiete años.
Un recorrido por Bogotá lo puede llevar a uno a pasar de repente de barrios de gran lujo con parques y restaurantes de primer nivel a suburbios con calles sin pavimentar y construcciones precarias. Una realidad no exclusiva de la capital colombiana, sino de las grandes urbes de Latinoamérica.
Nuestra región sigue siendo una de las más desiguales del planeta. Reducir la pobreza y la desigualdad fue a principios del siglo una de las prioridades políticas en algunos países latinoamericanos, pero hoy esta tarea parece haber vuelto a quedar relegada por otras preferencias.
El plástico es un material resistente, ligero, duradero, moldeable, y sobre todo barato, con el que actualmente se fabrican infinidad de cosas. El plástico ha revolucionado el mundo hasta el punto de que hoy en día se producen más de 400 millones de toneladas de plástico al año.
No se habla casi de otra cosa, es época de Mundial. Como cada 4 años el mundo se paraliza y el fútbol lo eclipsa todo. El deporte rey mueve pasiones alrededor del globo y millones de aficionados gritan, ríen y lloran mientras apoyan a sus equipos. Ganar en el Mundial es cuestión de orgullo nacional. Perder, tragedia casi insoportable.