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Bolivia vuelve a las urnas entre luces y sombras

El próximo domingo 7 de marzo, los bolivianos volverán una vez más a las urnas en menos de seis meses. Esta vez para elegir gobernadores y alcaldes en los nueve departamentos y en los más de 300 municipios para el periodo 2021-2026. En otras circunstancias podría afirmarse que este es un capítulo más de la fiesta democrática que permite a los electores expresar su voluntad para renovar el poder local. Sin embargo, esta vez irán a votar en medio de un contexto socioeconómico crítico, producto de la pandemia y la inestabilidad política instalada en el país desde finales de 2019 con la renuncia de Evo Morales tras 14 años de gobierno. Así, Bolivia vuelve a las urnas entre luces y sombras.

Tres elecciones en menos de dos años

Volviendo la mirada al pasado inmediato, el ciudadano vuelve a las urnas por tercera vez entre noviembre de 2019 y marzo de 2021. En efecto, la caída de Morales —en noviembre de 2019— como producto de la reacción popular al fraude electoral, así como la posterior instalación de un gobierno transitorio y la destitución de todos los vocales del Supremo Tribunal Electoral (STE), inauguraron un periodo de estremecimiento en las instituciones políticas.

La victoria de Arce Catacora, el candidato del MAS, con 55% de los votos válidos y la derrota significativa de los partidos de oposición en los comicios de 2020, generaron esperanzas de normalización en la dinámica política. Diversos sectores de la población tenían expectativas que el nuevo gobierno, surgido de las urnas y ahora con un apoyo congresal robusto, podría implementar medidas económicas y sanitarias que superen los efectos de la pandemia.

No sólo por la proximidad temporal de la última elección general, mas también porque los actores políticos e institucionales del 2020 están presentes y actuantes en las elecciones subnacionales, se puede afirmar que existe una fuerte correlación entre ambas elecciones y el escenario político y partidario de los próximos años.

La máxima de que las “elecciones subnacionales son totalmente independientes de las elecciones presidenciales” no se cumple en este caso.

El escenario electoral previo        

Después de la victoria del MAS en octubre pasado, las elecciones subnacionales han pasado a ser un desafío para el partido gobernante en dos sentidos. En primer lugar, para consolidar su hegemonía en los municipios y departamentos del país. En segundo lugar, para tener un parámetro real de su fuerza en lo que se ha denominado el “MAS post-Morales”.

La elección presidencial mostró la fortaleza del MAS prácticamente en todos los departamentos de Bolivia, resta probar que también es una alternativa de poder en el ámbito local. Un triunfo, también permitiría mostrar que el MAS es capaz de obtener resultados positivos en las áreas urbanas, dejando atrás la imagen de ser un partido de base fundamentalmente rural.

Con la caída de Morales, el MAS se vio obligado, de forma abrupta, a entrar en un proceso de renovación de dirigentes. Los resultados de las elecciones subnacionales pueden marcar la superación definitiva de la vieja guardia “masista”. Caso contrario, una derrota electoral creará las condiciones para el retorno de Morales y su entorno para comandar nuevamente al MAS.

La oposición enfrenta sus propios desafíos con mayor dramatismo. Después de la derrota electoral de octubre los dos mayores frentes de la oposición luchan por su sobrevivencia. Uno de ellos, Comunidad Ciudadana (CC), que en ciertos momentos del periodo 2019-2020 fue visto como la alternativa viable al MAS, hoy lucha contra la fragmentación y la irrelevancia electoral.

La segunda fuerza de la oposición, CREEMOS, del líder populista de derecha Luis Fernando Camacho, con pretensiones presidenciales en 2020, tuvo un desempeño decepcionante y mostró fuerza solamente en el departamento de Santa Cruz. En estas elecciones Camacho lucha por su sobrevivencia en este departamento sin ninguna presencia en el restante del país.

Nuevas elecciones, viejos actores y las encuestas de opinión

Si a alguien le quedan dudas de la influencia directa de las elecciones presidenciales en las del próximo domingo, basta mencionar que tres ex-candidatos a la presidencia (entre los cuales está la ex-presidenta interina) son actualmente candidatos . En efecto, Camacho (CREEMOS) y Chi Hyung Chung (ASIP) a gobernadores en Santa Cruz y Jeanine Áñez (AHORA) a gobernadora por el Beni.

Encuestas difundidas esta semana, sobre las cuales hay una creciente desconfianza debido a los errores en la última elección presidencial, son realizadas solamente en los tres departamentos más poblados (Santa Cruz, La Paz y Cochabamba) y en las cuatro ciudades con mayor electorado: La Paz, El Alto, Santa Cruz y Cochabamba.

De acuerdo con la encuesta de UNITEL, el MAS lidera claramente la gobernación de Cochabamba (34%). Camacho lidera en Santa Cruz (40%), mientras que en La Paz existe una aguda fragmentación del voto, liderada por el candidato del MAS, Flores, con un 23%. En los tres departamentos, el número de indecisos es superior al a la cuarta parte del electorado y todo indica que habrá segunda vuelta el 10 de abril.

Las cuatro ciudades arriba mencionadas concentran el 46% del PIB y 35% de la población. En los cuatro municipios la derrota del partido del presidente es dada como segura. En La Paz, Iván Arias (prominente ex-ministro de Añez) tiene más de la mitad de la intención de voto, al igual que Reyes Villa en Cochabamba, Eva Copa, ex-presidenta del Senado y recientemente expulsada del MAS, lidera con 75% en El Alto, y en la ciudad de Santa Cruz dos opositores al MAS se perfilan como favoritos, José Gary  Añez (CC) y Jhonny Fernandez (UCS).

A manera de conclusión, es importante mencionar otro factor determinante: el hiperactivismo del Poder Judicial. Al igual que en elecciones anteriores, procesos judiciales son iniciados contra candidatos de la oposición con el propósito de inhabilitarlos. Jeanine Añez en Beni, Camacho en Santa Cruz o Reyes Villa en Cochabamba son sólo algunos ejemplos. Pocos días atrás, se anunció la inhabilitación de Reyes Villa, el virtual ganador en la ciudad de Cochabamba.

El 7 de marzo, el electorado boliviano acudirá a las urnas con esperanzas de renovación del poder local entre los fantasmas y las sombras del pasado.

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Cientista político. Cofundador del Inst. AFortiori (Brasil). Fue Director de Investigación del Inst. de Estudos do Trabalho e Sociedade-IETS (Brasil). Master en Ciencia Política por el Inst. Univ. de Investigaciones de Rio de Janeiro-IUPERJ (actual IESP/UERJ).

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