El Grupo de Puebla se equivoca al creer que la crisis del progresismo es un mero asunto de unidad. La crisis tiene dos lastres que la están llevando al abismo: su obsesión por la perpetuación en el poder y la corrupción e ineficiencia estatal.
La inhabilitación de la reelección de Evo Morales por parte del Tribunal Constitucional Plurinacional ha ocasionado la furia del expresidente y hoy opositor, quien ha ordenado a sus seguidores bloquear caminos en varios puntos del país.
En el reciente congreso del MAS se ratificó como jefe nacional y declaró único candidato a las presidenciales a Evo Morales y se expulsó al presidente Luis Arce.
Desde 2019, le han emergido a Evo Morales, desde la propia base del MAS, adversarios políticos y la causa de fondo es su interés por volver a postularse a la Presidencia en 2025.
En Bolivia la política no se presenta de la manera clásica como un enfrentamiento entre oficialismo y oposición, sino como una disputa entre facciones al interior del propio partido de gobierno, el MAS.