El Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla fueron protagonistas y son herederos de la llamada “marea rosa” de gobiernos de izquierdas que se extendió por la región a principios del milenio.
A dos meses del fallecimiento del expresidente Piñera, su legado es objeto de debate. Para algunos fue un constructor de puentes e instituciones regionales, mientras que otros lo ven como el precursor de la derecha populista radical en el país austral.
Además del respaldo absoluto de los autócratas Maduro, Díaz-Canel y Ortega a la invasión rusa, los gobiernos de izquierda de Lula da Silva y Petro también han consentido la invasión de este régimen de ultraderecha.
El Grupo de Puebla se equivoca al creer que la crisis del progresismo es un mero asunto de unidad. La crisis tiene dos lastres que la están llevando al abismo: su obsesión por la perpetuación en el poder y la corrupción e ineficiencia estatal.
Cuba sufre la crisis económico-social más extensa y profunda bajo la revolución. ¿Por qué, a pesar del éxito del modelo chino-vietnamita que mantiene al partido comunista en el poder, no ha sido seguido por el gobierno de la isla?
Los escenarios alternativos a la democracia republicana parecen aglutinarse en el estado fallido de Haití, o en los modelos autocráticos impopulares de izquierda o ahora en los modelos autocráticos populares de derecha, como el de El Salvador.