En diferentes ámbitos se alerta sobre el fenómeno de la derecha "extrema/ultra", presentándola, en solitario y mayúsculas, como la principal amenaza a las democracias.
El comunismo fue un rotundo fracaso, tanto desde el punto de vista económico-social como en relación con las libertades básicas y los derechos humanos. El éxito de China se debe precisamente a que no es comunista.
El Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla fueron protagonistas y son herederos de la llamada “marea rosa” de gobiernos de izquierdas que se extendió por la región a principios del milenio.
A dos meses del fallecimiento del expresidente Piñera, su legado es objeto de debate. Para algunos fue un constructor de puentes e instituciones regionales, mientras que otros lo ven como el precursor de la derecha populista radical en el país austral.
Además del respaldo absoluto de los autócratas Maduro, Díaz-Canel y Ortega a la invasión rusa, los gobiernos de izquierda de Lula da Silva y Petro también han consentido la invasión de este régimen de ultraderecha.
El Grupo de Puebla se equivoca al creer que la crisis del progresismo es un mero asunto de unidad. La crisis tiene dos lastres que la están llevando al abismo: su obsesión por la perpetuación en el poder y la corrupción e ineficiencia estatal.