La integración de los migrantes en Chile es tan diversa como sus trayectorias: desde quienes se sienten parte del país hasta quienes solo resisten el día a día.
El conflicto va más allá del problema migratorio, es una sádica lucha racial y de clases. Y aunque es prematuro predecir su impacto en las políticas sociales y laborales de Estados Unidos, algo es cierto: revelan una ola de insatisfacción.
El escalamiento del conflicto requiere una respuesta firme y coordinada por parte de las autoridades colombianas que deben garantizar los derechos de las víctimas del conflicto armado.
La novedad de avance del sentimiento antiinmigrante contra los brasileños es que se produce en un país históricamente visto como culturalmente vinculado a Brasil.