La Teología del Dominio impulsa en Brasil una ofensiva político-religiosa: ocupar instituciones, imponer moral bíblica y librar “guerras culturales” contra derechos LGBTQIA+, aborto y educación con enfoque de género. Con Bolsonaro y figuras como Nikolas Ferreira, el pentecostalismo conservador gana poder, tensiona al Poder Judicial y erosiona laicidad y democracia.
En los últimos años hemos visto cómo líderes populistas en el mundo han utilizado la división social -ya sea de clase, nacionalidad, etnia, cultura-, como ideología política durante sus campañas electorales.
El problema es que los líderes y partidos populistas, si bien aceptan a grandes rasgos las reglas del juego democrático, tienen una retórica que tensiona con el componente pluralista de la democracia.
El avance de la ultraderecha en los comicios europeos no sólo resuena en la región sino que puede llegar a ser un motor de radicalización de las derechas tradicionales de América Latina.
Arce busca distanciarse del estilo populista de Morales con una estrategia de escasa aparición en los medios, proyectando una imagen ejecutiva y de trabajo.