Coautor David Castells-Quintana
En el primer semestre de 2022 el mundo se ha enfrentado a un escenario de incertidumbre económica, dado, entre otros aspectos, al aumento acelerado del consumo pospandemia y a la invasión de Ucrania, factores que han contribuido a un incremento generalizado de los precios, es decir, la temida inflación. Según el Foro Económico Mundial, la inflación está aumentando en todo el mundo y los precios de los alimentos y de la energía están alcanzando máximos históricos.
Como respuesta a esta tendencia inflacionaria, los bancos centrales están incrementando los tipos de interés en un intento por enfriar las economías. Precisamente, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés) aumentó la tasa de interés de referencia a un rango de entre 1,5% y 1,75%, la mayor alza en los últimos 30 años. Esto ha impulsado el fortalecimiento del dólar hasta el punto de que ha alcanzado la paridad uno a uno con el euro, algo que no pasaba desde el 2002. El Banco Central Europeo (BCE) ha respondido y ha subido esta semana los tipos de interés en medio punto, la mayor alza en 22 años.
¿Cómo afecta el contexto mundial y el fortalecimiento del dólar a las monedas latinoamericanas?
Un dólar más fuerte en un contexto global inestable genera movimientos masivos en el caso de los mercados emergentes, como los latinoamericanos, con respecto a inversiones en dólares, lo que lleva a la escasez de la divisa y, en consecuencia, un incremento de su precio. Sumado a esto, las tensiones locales han conllevado un debilitamiento de las monedas de la región, particularmente en las últimas semanas.
Aumento diario del precio del dólar con relación a la moneda local (%)
Serie histórica de Bloomberg. Elaboración del autor. Variación diaria acumulada
Las monedas de las seis economías más grandes de la región han tenido una tendencia alcista en las últimas semanas (entre junio y julio), particularmente marcada en Colombia, Chile y Brasil, y algo más estable en México y Perú. Sin embargo, la tendencia promedio es la del encarecimiento del dólar, es decir, las monedas latinoamericanas se están depreciando respecto a la moneda norteamericana (ver gráfico). En comparación con principios de junio, un dólar cuesta hoy 16% más en Colombia; 14%, en Brasil y Chile; 8%, en México, y 6%, en Perú. En Argentina es un 8% más caro, sin embargo, es el único país donde el precio oficial del dólar es establecido por el Banco Central.
El peso chileno (COP) y el colombiano (CLP), los más devaluados
Desde enero de 2022, el peso chileno ha sido el más devaluado de la región. Un dólar es 9,6% más caro que al inicio del año, y llegó a su máximo histórico el 14 de julio cuando ascendió a 1.060.63 pesos. Son varias las razones por las que la moneda chilena está entre las más devaluadas del mundo en lo que va del 2022. Chile es el mayor productor de cobre a escala internacional, y China, su principal socio comercial, de manera que la caída del precio del metal ha tenido un efecto directo en la economía del país. Según Bloomberg, el metal ha perdido casi una tercera parte de su valor desde el precio máximo alcanzado en marzo; además, agrega el artículo, los cierres por la COVID-19 en China erosionan la demanda.
Por otro lado, la nación austral está en un proceso de intenso debate político interno. El presidente Gabriel Boric, que ocupa el cargo desde marzo, tiene bajos niveles de aprobación y se acerca un plebiscito el próximo 4 de septiembre, que pretende aprobar una nueva Constitución política.
El peso colombiano es la segunda moneda más devaluada en lo que va del 2022. En el país cafetero se pagaba en promedio 4.070 pesos por dólar en enero. El 22 de julio la divisa se cotizó en promedio en 4.424 pesos por dólar; un aumento de 8,7%. Además, el 12 de julio el dólar alcanzó un máximo histórico y se cotizó en 4.665 pesos por dólar.
Cabe destacar que la tendencia hasta mediados de abril era contraria (el peso colombiano se estaba apreciando respecto al dólar) y llegó a un valor mínimo de 3.690 pesos por dólar. Sin embargo, la incertidumbre debido a la contienda por la Presidencia en la que se definió un cambio de rumbo político, aunado con los factores externos ya mencionados, despertó una incertidumbre inicial que tuvo efecto en el precio del dólar.
¿Y el resto de la región?
La volatilidad como resultado del contexto mundial ha hecho que el aumento de los precios de las materias primas beneficiara a la región (gran productora de commodities) la primera parte del año. Esta tendencia, sin embargo, ha variado en cada país.
En Brasil, si bien en las últimas semanas se ha presentado un proceso de devaluación del real brasileño (BRL) frente al dólar, al analizar el panorama desde principio del 2022, la variación del precio es negativa: un dólar cuesta hoy 2,7% menos que en enero. Este caso es similar al del sol peruano (PEN), que ha perdido su posición frente al dólar desde junio, pero desde enero se ha abaratado: un dólar cuesta 2% menos. La tendencia en México es cercana a cero; en comparación con su precio promedio en enero, un dólar es solamente 0,49% pesos mexicanos (MXN) más caro.
Argentina es un caso excepcional. Además del estricto control cambiario, presenta una de las inflaciones más altas del mundo. Este entorno causa fuertes tensiones a las autoridades monetarias, una situación recurrente en el país.
En conclusión, en un contexto global impredecible con la incertidumbre de la pandemia, la guerra, la inflación y la inestabilidad política, es de esperarse que la volatilidad cambiaria continúe. Habrá que ver cómo responden las autoridades monetarias de la región para defender sus monedas sin perjudicar sus exportaciones y economías. Tarea que nunca es fácil.
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Autor
Economista. Candidato a doctor por la Universidad Autónoma de Barcelona. Máster en Investigación económica por la misma institución y en Finanzas por la Universidad Alcalá de Henares. Especializado en economía regional, urbana y de transporte.