La elección del nuevo pontífice, León XIV, hizo que el mundo entero se hiciera preguntas sobre el futuro del catolicismo y su impacto en la geopolítica global. El gran obstáculo para comprender la complejidad de lo que acontece en la Iglesia católica en estos días es que muchos tratan de ubicar al papa como progresista, conservador o moderado. Estas categorías, como si fuese de izquierda o derecha, son inadecuadas para comprender al papa de turno.
Impiden entender la naturaleza de las decisiones que se toman al elegir el nuevo sucesor del apóstol Pedro y cómo la Iglesia hace frente a desafíos sociales, culturales y políticos que tiene el mundo actual.
Generalmente, hasta en el cine, se consolidó la idea de que Benedicto XVI era un papa conservador y que las grandes reformas progresistas fueron hechas por Francisco. Se repiten errores en todos los medios sobre lo que hizo cada uno y se atribuyen acciones e ideas para mantener el sesgo de esta equivocada clasificación.
Narrativa sobre Benedicto y Francisco
Lo cierto es que Benedicto XVI hizo la gran purificación con el tema de los abusos. Le llamaron “el barrendero de Dios”, exigió que las denuncias pasaran a la Justicia y no se manejaran solo dentro de la Iglesia, y realizó grandes transformaciones internas de la Iglesia sin hacer publicidad. Su encíclica Caritas in veritate es una de las mejores encíclicas sociales. Fue conocido como el “papa verde” por ser el primero que hizo una continua reflexión sobre los problemas ambientales. No es esa la idea que muchos tienen.
Lo mismo sucede con Francisco: su permanente condena al aborto, su crítica a la llamada ideología de género, la maternidad subrogada y a la eutanasia, no aparecen en los análisis sobre el “papa progresista”. Esto le haría parecer un conservador, claramente.
Todo depende de cómo se construye el relato con recortes de aquí y de allá, repetidos hasta el hartazgo. La doctrina de la Iglesia no cambió, ni va a cambiar. No depende de la figura del papa, porque el catolicismo se opone a todo lo que atenta contra la dignidad humana, ya sea el aborto, la eutanasia, la trata de personas o cualquier forma de explotación o descarte de seres humanos, como si no tuvieran dignidad. Eso, para la Iglesia católica, no es una cuestión de conservadurismo o progresismo. Es una cuestión de fidelidad a los fundamentos antropológicos y éticos del cristianismo.
Cónclave: ¿tensiones internas?
No hay pugna por la doctrina, sino por los acentos pastorales, teológicos y espirituales. Allí hay tensión interna en la Iglesia. Es una cuestión de estilos, de formas de conducción pastoral, de opciones y acciones, de lo que se prioriza en la agenda de desafíos. Y eso puede marcar la elección de los cardenales sobre un nuevo papa, pensando quién puede conducir la Iglesia en un nuevo tiempo. Pero es esa la razón, y no lo que podemos ver en la ficción, como la película Cónclave. Parece más una lucha entre directivos de empresas o políticos luchando por el poder. Esto no quiere decir que no existen tensiones y luchas de poder. Pero que tiene que ver con prioridades, no con cambios en lo sustancial de la fe católica
La Iglesia pone en el centro de su misión la fe en Jesucristo y su mensaje. Todo lo demás está al servicio de ello y es su razón de ser: la evangelización. Lo que más preocupa a un papa es que la Iglesia cumpla su misión en el mundo. Este es el horizonte para comprender y tratar de entender opciones, decisiones y acentos.
Cuando Francisco se refirió a las personas homosexuales, dijo: “¿Quién soy yo para juzgar?”. Muchos interpretaron un cambio doctrinal. Lo que hizo en realidad fue poner en palabras lo que ya estaba escrito en el Catecismo de la Iglesia Católica (escrito en gran parte por Ratzinger en 1992): los homosexuales “deben ser recibidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”. Y Francisco expresó la doctrina de siempre. Pero su actitud y sus gestos hicieron la diferencia para millones de personas.
Momento de reformas
El nuevo pontífice, Robert Prevost, eligió el nombre León XIV inspirado en la figura de León XIII (1810-1903). Se lo recuerda como el papa de las grandes reformas sociales, el iniciador de la moderna doctrina social de la Iglesia que abordó la cuestión obrera haciendo frente a los problemas sociales que generó la Revolución Industrial.
Prevost entiende que el gran desafío actual es una nueva revolución. Considerando factores como la inteligencia artificial. Su perfil muestra una gran sensibilidad por los más pobres, por los trabajadores y por los migrantes.
Nacido en Estados Unidos (Chicago, 1955), con formación en matemáticas, filosofía, teología y derecho canónico, vivió gran parte de su sacerdocio en Perú, como misionero, y luego en Roma, como superior de la orden de los agustinos y, finalmente, como prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina
León XVI: ¿quién es y cómo piensa?
Fue nombrado Cardenal en 2023 por Francisco. Es un hombre con una sólida formación, que habla varios idiomas y con una profunda experiencia misionera, así como un amplio conocimiento de la iglesia universal.
Muchos se preguntan qué piensa sobre determinados asuntos que crean controversia. La respuesta segura: lo que enseña la Iglesia católica, al igual que los anteriores. Otra cosa será su sensibilidad y cercanía para el diálogo con todos. Esto puede verse conociendo su forma de ser como sacerdote y luego obispo.
Siempre cercano, sencillo y dialogante, pero sin dejar de ser firme en sus convicciones. Alcanza con ver sus primeras homilías y discursos como pontífice para reconocer que sus ideas son claras, firmes y al mismo tiempo llenas de amor, humildad y sensibilidad por la humanidad y los dramas que la afligen actualmente. No le interesa acomodar el discurso, sino ser fiel a su misión.
Un hombre de paz ante las guerras
Ya desde antes de ser elegido papa, se pronunció contra la guerra en Ucrania. Su primera gestión diplomática fue una llamada a Zelensky, que invitó a León XIV a un viaje apostólico al país. “Una visita así traería verdadera esperanza a todos los creyentes y a todo nuestro pueblo. Hemos acordado mantenernos en contacto y organizar un encuentro personal en un futuro próximo”, declaró el mandatario en el momento. De hecho, el Vaticano viene trabajando hace tiempo en la recuperación de niños ucranianos deportados a Rusia.
Este domingo 12 de mayo, se refirió al diálogo y la importancia de trabajar por la paz mundial como algo prioritario. Son algunas expectativas de su ministerio. “En el dramático escenario actual de una tercera guerra mundial en vilo, como ha afirmado repetidamente el papa Francisco, yo también me dirijo a los grandes del mundo, repitiendo el llamamiento siempre actual: «¡Nunca más la guerra!» (…) Me entristece profundamente lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza, ¡cese el fuego inmediatamente! Que se proporcione ayuda humanitaria a la agotada población civil y que se libere a todos los rehenes. (…) He acogido con satisfacción el anuncio del alto el fuego entre India y Pakistán, y espero que a través de las próximas negociaciones se alcance pronto un acuerdo duradero”.
Polémicas y debates contemporáneos
En su cuenta de X, Robert Prevost compartió artículos con duras críticas a la política migratoria de EEUU. Cuestionó a DJ Vance por usar la doctrina católica para justificar la discriminación. Esto le valió diversos ataques en redes sociales.
También ya han circulado calumnias como si hubiera encubierto casos de abusos. Pero lo cierto es que fue implacable con abusos por parte de clérigos en Perú, aunque calumniado por grupos que la Iglesia expuso como abusivos.
Según los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz, que publicaron las historias de víctimas del grupo Sodalicio de Vida Cristiana, disuelto por el papa Francisco, Prevost les dio su apoyo incondicional para investigar. Fue uno de los pocos obispos que quiso ir al fondo del asunto. En este sentido, es de esperar que continúe la línea purificadora de Benedicto y Francisco ante los abusos.
Defensa de la Iglesia
En 2012 expresó una fuerte preocupación por la distorsión que existe en la opinión pública acerca del catolicismo: “Los medios occidentales de comunicación de masas son extraordinariamente eficaces promoviendo en la opinión pública una gran simpatía hacia creencias y prácticas contrarias al Evangelio. (…) Como mucho, los medios toleran la religión como algo inane o pintoresco siempre que no se oponga activamente a los posicionamientos en cuestiones éticas que los medios asumen como propios. Sin embargo, cuando la voz de las personas religiosas se alza contra esos posicionamientos, los medios ponen a la religión en el punto de mira, caracterizándola como ideológica e insensible ante las supuestas necesidades vitales de las personas en el mundo contemporáneo. La simpatía por las opciones de vida anticristianas que los medios alientan está incrustada en la opinión pública de forma tan brillante e ingeniosa, que cuando la gente escucha el mensaje cristiano, aparece inevitablemente como ideológico y emocionalmente cruel, por contraste con el supuesto humanitarismo de la perspectiva anticristiana”.
*Texto publicado originalmente en Diálogo Político