El pasado 30 de junio tuvieron lugar en Uruguay las elecciones internas de cara a la elección presidencial del 27 de octubre. El Frente Amplio (FA), principal partido de la oposición, resultó el más votado con el 47% de los votos válidos, seguido del Partido Nacional (PN) con el 37.3%, el Partido Colorado (PC) el 11.7% y Cabildo Abierto (CA) con el 2 %, los tres principales partidos de la coalición de gobiernos. Si bien la competencia entre partidos no es relevante en esta instancia, la obtención de una buena votación impacta en el ánimo de propios y ajenos.
Las encuestas de intención de voto posteriores a las primarias muestran un escenario estable. El FA sigue al frente de los sondeos, seguido del PN que registra una leve caída y un pequeño repunte del PC, fenómeno similar a 2019. Una de las explicaciones del retroceso del PN, además del propio resultado inferior al esperado, fue la elección de Ripoll en la fórmula del PN, que generó manifestaciones contrarias y abucheos la noche de la interna y expresiones de desacuerdo de dirigentes en los días siguientes. Este hecho, sumado al escándalo en la intendencia de Artigas que supuso la renuncia de varios dirigentes del PN, entre ellos el intendente, podrían explicar en parte esta caída.
Reposicionamiento tras la interna
Con una participación del 35,8%, algo más baja que en 2019, un total de 14 partidos superaron la barrera de los 500 votos en la interna, lo que les permitirá participar de la elección presidencial y legislativa del 27 de octubre. En este marco, cabe mencionar que los tres principales partidos están en proceso de renovación y resulta interesante ver los resultados y la forma en que procesaron el armado de la fórmula.
Dentro del Frente Amplio, en esta segunda elección sin los tres liderazgos históricos (Tabaré Vázquez, José Mujica y Danilo Astori), Yamandú Orsi obtuvo el 59,9% de los votos, seguido de Carolina Cosse con el 37,6% y en un distante tercer lugar Andrés Lima con el 3,1%. Al FA, el haber estado en la oposición le permitió renovarse, pero además, parece haber aprendido de los errores cometidos en la campaña 2019, en particular en la nominación de su candidato a vicepresidente. Esta vez, la formula entre el primero y segundo de la interna estaba definida, dando lugar al binomio Orsi-Cosse.
Por otro lado, el Partido Nacional por primera vez se presentó a una interna sin sus liderazgos naturales, Lacalle Pou en ejercicio de la presidencia y Larrañaga fallecido. Con el hándicap de ser el partido de gobierno, Álvaro Delgado, el delfín del presidente, conquistó el 74,4% de los votos, seguido muy atrás por Laura Raffo con el 19,3%. La magnitud de la ventaja posibilitó que Delgado descartara a Raffo como compañera de fórmula y se decantara, en cambio, por Valeria Rippoll, proveniente del movimiento sindical, con pasado en la izquierda y recientemente incorporada al PN. Este movimiento ha sido considerado arriesgado y ha conectado hasta el momento más críticas que apoyos.
En el Partido Colorado, el resultado tuvo como triunfador a Andrés Ojeda (39,5%), que junto a Robert Silva (22,4%), Gabriel Gurméndez 18,6%) y Tabaré Viera (18,1%) recogieron el grueso de las preferencias. De acuerdo a estos resultados, ningún candidato alcanzó el requerimiento establecido en la Constitución, sin embargo, se respetó la preferencia del electorado y Ojeda resultó nominado candidato, llevando como compañero de fórmula a Silva.
Luego de la interna, el hecho más destacado ha sido el retorno a la actividad política del ex candidato presidencial del PC, Pedro Bordaberry, con la apertura de una lista senado que genera reacomodamientos a la interna colorada y cierta expectativa de un repunte que incluso le permitiera al PC disputar el balotaje.
De cara a octubre
De cara a la elección presidencial del último domingo de octubre, el FA tiene una intención de voto superior al 40% para todas las empresas de opinión pública, 10 puntos porcentuales por encima de los guarismos que ofrecía a esta altura en la campaña de 2019. Y en la mayoría de las encuestas se ubica por encima de la suma de los partidos de la coalición de gobierno.
Por otro lado, el gobierno cuenta con fortalezas que favorecerían un buen desempeño electoral de los partidos que lo integran, como la aprobación presidencial, que disminuye respecto a la que obtienen las políticas: seguridad, economía, etc. Parece claro que la figura Lacalle Pou goza de popularidad en la ciudadanía, pero su gobierno no concita tanto respaldo. Y mientras que el presidente no será candidato, dado que no existe la reelección inmediata, sí lo serán muchos de sus más cercanos colaboradores.
El gobierno también se ha visto presumiblemente afectado por los escándalos e irregularidades que se sucedieron a partir de 2022, que involucraron a distintos jerarcas y supusieron la renuncia de ministros y titulares de otros cargos relevantes. Todo esto podría impactar sobre los resultados finales.
Nadie duda que el FA será por sexta vez, y como acontece desde que se aprobó la reforma de 1997, el partido más votado del sistema. Y existen posibilidades razonables de que alcance la mayoría absoluta parlamentaria o quede muy cerca de ella.
Los últimos antecedentes en materia electoral, balotaje de 2019 y referéndum de 2022, mostraron un escenario muy parejo con una pequeña diferencia a favor del actual gobierno. Una interpretación posible, teniendo en cuenta el nivel de aprobación del gobierno, es que este escenario se mantenga, la elección sea muy competitiva y se defina por escaso margen. Cuando el FA estaba en el gobierno y ostentaba estos niveles de aprobación, el resultado fue la reelección.
Pero, por otro lado, los niveles y la estabilidad en la intención de voto favorable al FA, muy parecida e incluso superior a las tres veces que ganó; la ausencia del candidato natural de la coalición (Lacalle Pou); y el costo de gobernar, dan una mayor probabilidad a la alternancia.
Autor
Doctor en Ciencia Política (Universidade Federal do Rio Grande do Sul). Docente e Investigador, Instituto de Ciencia Política. Universidad de la República. Integrante del Sistema Nacional de Investigadores.