El ataque de fuerzas estadounidenses en aguas internacionales revela la tensión entre seguridad y legalidad, cuestionando los límites del uso de la fuerza en el derecho internacional.
El 4 de julio de 2025 marca no solo una efeméride nacional, sino un retrato incómodo del presente político, científico y diplomático de Estados Unidos bajo el segundo mandato de Trump.
Estados Unidos enfrenta una crisis histórica por el fentanilo, mientras Trump reactiva su guerra contra las drogas con una estrategia punitiva que presiona a América Latina y relega la prevención.
El conflicto va más allá del problema migratorio, es una sádica lucha racial y de clases. Y aunque es prematuro predecir su impacto en las políticas sociales y laborales de Estados Unidos, algo es cierto: revelan una ola de insatisfacción.