A menos de un año de las elecciones, Colombia enfrenta un panorama migratorio marcado por la falta de avances en protección y por la creciente presión de flujos en tránsito y deportaciones.
La participación de ex militares colombianos en Sudán revela cómo la guerra contemporánea se nutre de fuerzas privadas y redes transnacionales que trascienden fronteras y Estados.
Mientras Gustavo Petro busca proyectarse como líder regional desde la CELAC, la creciente crisis de seguridad y fragmentación política en Colombia cuestionan su capacidad de gobernar en casa.
La decisión del presidente Petro de retirar a Colombia como socio global de la OTAN podría aislar al país en un momento crítico para su modernización militar y su liderazgo regional en inteligencia artificial aplicada a la seguridad.
Gustavo Petro, elegido como símbolo del cambio, ha cruzado límites institucionales y adoptado prácticas autoritarias que amenazan la democracia colombiana.