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Control de armas de fuego e incidencia delictiva en México

La colaboración entre diferentes órdenes de gobierno y la implementación de políticas basadas en evidencia son esenciales para enfrentar la violencia armada en México.

El control de las armas de fuego y la criminalidad armada en México son temas de suma importancia, especialmente en el contexto de las disparidades entre sus 32 entidades federativas. A través de datos cuantitativos oficiales, se revela cómo las acciones de control, como el canje y registro de armas, no están necesariamente vinculadas a la incidencia delictiva, mientras que el aseguramiento de armas muestra una correlación significativa con la comisión de delitos. Este texto ofrece una visión detallada de la compleja situación actual, basada en fuentes de la Secretaría de la Defensa Nacional, las Procuradurías y Fiscalías de las entidades federativas y la Fiscalía General de la República.

Control de armas de fuego

La violencia armada es un fenómeno global que causa la muerte de más de 600 personas diariamente, según Amnistía Internacional. En México, la mayoría de los homicidios son perpetrados con armas de fuego ilegales provenientes de Estados Unidos, lo que representa un factor crucial en la incidencia delictiva del país. Aunque existen diversas políticas públicas y propuestas legislativas para controlar las armas de fuego, la violencia armada sigue siendo una preocupación significativa cuyo origen y magnitud aún no se comprenden completamente.

El control de armas de fuego en México presenta una notable variabilidad entre las diferentes entidades federativas que lo integran. Al examinar cuatro aspectos clave del control de armas —registro, licencias de portación, programas de canje y aseguramiento— se revelan las disparidades importantes en la implementación y efectividad de estas medidas a nivel nacional, evidenciando las diferencias regionales y la complejidad del panorama actual de la violencia armada en el país.

Registro de armas. La Ciudad de México destaca como la entidad con la mayor proporción de armas de fuego registradas. Sin embargo, estados densamente poblados como el Estado de México y Puebla presentan cifras de registros considerablemente bajas, al tiempo que, en estados menos poblados como Colima y Campeche, la proporción de registros es curiosamente alta. Esto refleja una distribución desigual en el registro de armas a nivel nacional.

Licencias de portación. Las licencias de portación de armas de fuego también muestran una disparidad significativa en su distribución. La Ciudad de México nuevamente se destaca con la mayor tasa de otorgamiento, seguida de Nuevo León, Querétaro y Campeche. En muchos otros estados, el número de licencias otorgadas es extremadamente bajo, con algunas cifras cercanas a cero.

Canje de armas. El programa de canje de armas de fuego es más activo en la Ciudad de México, junto con Sinaloa, Coahuila, Durango, Chiapas, Baja California y Sonora. Por otro lado, Quintana Roo, Yucatán, Veracruz, Puebla y Tabasco tienen las tasas de canje más bajas. Estas diferencias reflejan disparidades regionales significativas, especialmente entre el norte y el sureste de México.

Aseguramiento de armas. En términos de aseguramiento, Tamaulipas lidera con el mayor número acumulado, seguido de Sinaloa, Michoacán y Guerrero. Estas entidades se encuentran en la región del Pacífico, donde el aseguramiento de armas largas es predominante. En contraste, Yucatán tiene el menor aseguramiento, seguido por Chiapas, Estado de México y Campeche, donde predominan las armas cortas.

Delitos con armas de fuego

La incidencia delictiva relacionada con el uso de armas de fuego en México muestra variaciones significativas entre las entidades federativas. Este análisis aborda tres tipos de delitos: lesiones por armas de fuego, homicidios y delitos contra la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Los datos revelan patrones regionales distintivos, con algunas entidades registrando tasas altas de violencia armada, mientras que otras presentan niveles comparativamente bajos. Estas diferencias subrayan la complejidad de la violencia armada en el país y la necesidad de enfoques regionales específicos para abordar este problema multifacético.

Lesiones por armas de fuego. Guanajuato, Michoacán y el Estado de México registran la mayor tasa de lesiones por armas de fuego, mientras que Tlaxcala, Yucatán, Baja California Sur, Tamaulipas y Coahuila presentan las tasas más bajas. Esta distribución sugiere diferencias regionales en la incidencia de violencia armada.

Homicidios. Colima reporta la mayor tasa de homicidios, superando significativamente a otras entidades. Yucatán, Coahuila, Baja California Sur y Aguascalientes se encuentran en el otro extremo con las tasas más bajas de homicidios. Estas variaciones reflejan la complejidad de la violencia armada en diferentes regiones del país.

Delitos contra la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Colima, Sonora y Baja California tienen la mayor proporción de delitos contra la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, mientras que Yucatán, Durango y Tabasco tienen las menores proporciones. Estos datos indican una disparidad en la comisión de delitos relacionados con armas de fuego en distintas partes del país.

Correlación entre control de armas y delincuencia

El análisis de los datos revela que el canje y registro de armas no tienen una correlación estadísticamente significativa con la comisión de delitos. Esto sugiere que estas acciones de control no repercuten cuantitativamente en la reducción de la criminalidad armada. Sin embargo, existe una correlación positiva entre el aseguramiento de armas y la comisión de delitos (a medida que incrementa el número de armas aseguradas, también incrementa el número de delitos perpetrados con estas), lo cual, a pesar de parecer una inconsistencia, más bien estaría indicando una estrategia reactiva más que preventiva en el control de armas.

Las necesidades de control de armas y reducción de la incidencia delictiva varían significativamente entre las 32 entidades federativas de México. La diversidad de realidades regionales plantea la necesidad de adaptación de políticas públicas específicas y la cooperación entre entidades. Es fundamental abordar estos desafíos de manera efectiva y equitativa, considerando las diferencias en la magnitud del problema en cada entidad federativa y región del país.

Se subraya, además, la importancia de desarrollar estrategias de control de armas que sean tanto preventivas como reactivas y que se adapten a las particularidades de cada demarcación. La colaboración entre diferentes órdenes de gobierno y la implementación de políticas basadas en evidencia son esenciales para enfrentar de manera eficaz la violencia armada en México.

*Este texto se basa en el artículo “Violencia armada en México: análisis cuantitativo sobre control de armas de fuego y su correlación con la incidencia delictiva” publicado en Quórum Legislativo 143, pp. 153-196, https://bit.ly/4d7mAQa, cuyos datos en su mayoría corresponden al año 2022.

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Estudiante de Doctorado y Máster en ciencia política de la Universidad de Salamancaen Universidad de Salamanca, España.

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