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La tendencia hacia los pagos digitales en América Latina

En 2020, América Latina experimentó cambios impactantes en los canales de pago en medio de la pandemia. Los índices comparativamente más bajos de penetración del comercio electrónico, junto con un mercado de puntos de venta dominado por el efectivo físico, sufrieron un cambio radical que se extendió por toda América Latina. El Covid-19 puso de manifiesto las desventajas del papel moneda y obligó a millones de empresas y consumidores a recurrir a las alternativas de pago disponibles.

El volumen de transacciones de comercio electrónico se ha disparado en la región durante el último año, a pesar de un clima de recesión que ha reducido el tamaño global de la economía. Muchos latinoamericanos recurrieron al comercio electrónico por primera vez durante la pandemia de Covid-19. Para hacernos una idea, más de diez millones de consumidores de esta región hicieron su primera compra digital por la necesidad impuesta por la crisis sanitaria. Y el efectivo en el punto de venta se redujo en un 34,7% como consecuencia de la pandemia; en 2019, el efectivo fue el pilar del comercio latinoamericano, acaparando la mayor parte del gasto en el punto de venta.

Se prevé que las transacciones de comercio electrónico en América Latina superen los 160.000 millones de dólares en 2024, con tasas de crecimiento continuas de dos dígitos en las mayores economías de la región: Brasil (11,9%), México (15,8%) y Argentina (22,3%). La baja penetración del comercio electrónico en la región sugiere además que América Latina ofrecerá un fuerte potencial de crecimiento a lo largo de la presente década.

La ventaja de los pagos a plazos, muy extendidos en esta región, hace que las tarjetas de crédito sigan siendo bastante populares: siguen estando a la cabeza de los medios de pago electrónicos en los seis países latinoamericanos que aparecen, por ejemplo, en el estudio The Global Payments Report 2021, siendo el porcentaje más bajo de la región el 29,1% de México y el más alto el 43,2% de Brasil.

El débito, por su parte, ha crecido un 37% en el último año, pasando del 11,9% (2019) al 16,3%. El aumento de este método de pago se atribuye a la mayor cantidad de compras de pequeño valor, ya que el gasto diario que antes se realizaba en el punto de venta se ha trasladado a Internet. Además, los gobiernos y los bancos también han promovido su uso como alternativa al efectivo físico.

Con una serie de transformaciones que se están produciendo en diferentes segmentos, la pandemia también ha acelerado el crecimiento de los monederos digitales en tres años, superando la proyección anterior a Covid-19 para 2023. Esto significa que el uso de recursos tecnológicos, como los programas informáticos ofrecidos al público en forma de aplicaciones como teléfonos inteligentes, ordenadores y otros medios digitales, para realizar pagos y transferencias se ha vuelto más común en la actualidad.

El análisis de The Global Payments Report indica que se espera que los monederos digitales continúen su sólido crecimiento, superando a las tarjetas de crédito para convertirse en el principal método de pago de comercio electrónico en la región para 2024, cuando se espera que capten el 31,2% de las transacciones de comercio electrónico.

Según el estudio, los monederos digitales y el débito son los únicos métodos de pago del comercio electrónico que se prevé que crezcan hasta 2024. Las tarjetas de crédito, las tarjetas de compra, las transferencias bancarias, el pago contra reembolso y los servicios de pospago, por otro lado, tendrán un descenso gradual de la participación en los pagos del comercio electrónico.

Si por un lado se produjo el crecimiento de los medios de pago alternativos derivados de la pandemia, como las billeteras digitales y las transferencias bancarias, el uso del efectivo mostró un descenso en el comercio en toda la región latinoamericana: 31,3% en Argentina, 24,9% en Brasil y 36,8% en México. El declive del efectivo en el punto de venta ha sido absorbido por las tarjetas, la financiación de los puntos de venta y, sobre todo, los monederos digitales. Todas las formas de pago con tarjeta experimentaron un aumento de la cuota de los pagos en los puntos de venta en la región: las tarjetas de crédito ganaron un 17% en 2019 para alcanzar el 26,1% del gasto en 2020, mientras que las tarjetas de débito ganaron un 37,3% en 2019 para alcanzar el 23, 2%.

Tanto las tarjetas de compra como las de prepago han adquirido una mayor presencia en la región. Las opciones de financiación en el punto de venta alcanzaron un punto de comodidad entre los consumidores latinoamericanos en los planes de pago, incluyendo las soluciones de mercado, los servicios de «compre ahora, pague después» y las ofertas de financiación por parte de los comerciantes. Una nueva categoría analizada este año, la financiación en el punto de venta, captó el 3,7% del gasto en el punto de venta de la región en 2020.

Teniendo en cuenta el periodo que va desde el año pasado hasta 2024, el descenso del efectivo continuará sin contratiempos significativos, sea cual sea la trayectoria de la pandemia. Sabemos que una vez que el consumidor disfruta de una experiencia positiva y segura, no volverá a los métodos y canales del pasado. Y así lo muestran algunas proyecciones, que indican que el efectivo físico caerá otro 36,1% desde los niveles de 2020, abandonando la primera posición en medios de pago en el TPV para 2024.

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Vicepresidente Senior de Worldpay de FIS (Fidelity Information Services) / América Latina. Postgraduado en Finanzas por la Universidad Católica Argentina (UCA). Conferencista en eventos regionales sobre finanzas electrónicas.

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