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Venezuela: es el momento de los militares

El pasado 30 de abril, la marcha por la Operación Libertad, encabezada por Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, tuvo como finalidad alentar a las cúpulas del Ejército a cambiar su lealtad al régimen de Nicolás Maduro por el autoproclamado presidente interino de Venezuela.

Guaidó ya lo había intentado en febrero en Cúcuta, en la frontera con Colombia, donde forzó el ingreso de ayuda humanitaria. Pero en esta ocasión, y de manera más desafiante, se dirigió a la base militar de La Carlota, en el este de Caracas, flanqueado por una docena de militares rebeldes y por el reconocido líder de la oposición y su mentor, Leopoldo López, quien había estado bajo arresto domiciliario.

Un resultado seguro de esta trama ha sido el debilitamiento de ambos protagonistas, Guaidó y Maduro»

El resultado del enfrentamiento fueron cinco personas muertas, múltiples heridos y deserciones de algunos miembros de la Guardia Nacional y, notablemente, del jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), Manuel Christopher Figuera. Parecía el desenlace de un régimen que se desquebraja lentamente ante los ojos del mundo, pero al final el plan fracasó. La mayoría de los oficiales superiores cerraron filas con Maduro, quien pudo mantener el control. No obstante, un resultado seguro de esta trama ha sido el debilitamiento de ambos protagonistas, Guaidó y Maduro, pero peor aún el de un país que ya se encuentra en una situación muy precaria.

Maduro se ha declarado vencedor en esta batalla, pero estos últimos acontecimientos han expuesto indudablemente su debilidad, puesto que es conocido —aunque no reconocido— que tres figuras principales del régimen (el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, el presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno, y el director de contrainteligencia militar, Iván Hernández Dala) se hallan en conversaciones con la oposición, así como también con Washington, para buscar la salida negociada de Maduro. Algunas otras fuentes agregan al ministro del Interior, Néstor Luis Reverol, entre los posibles desertores.

De acuerdo con fuentes de la oposición, el plan era que el Tribunal Supremo de Justicia declarara a la Asamblea Nacional como una institución legítima de poder, a fin de dar al Ejército la justificación legal para que abandonaran totalmente a Maduro. De hecho, un factor esencial sobre la seriedad del plan fue la liberación de López por parte del jefe del Sebin.

¿Y qué fue lo que salió mal? Se especula que las figuras clave del régimen antes mencionadas mantenían contacto con la oposición y estaban de acuerdo con su plan de acción. Sin embargo, también actuaban como informantes para Maduro. Esta es la línea que finalmente están defendiendo los supuestos señalados de ser infiltrados después del fallido levantamiento. En particular, Padrino, quien ha asegurado públicamente que la oposición intentó “comprarlo”. Padrino, Moreno y Hernández Dala han sido señalados por EE. UU. de haber aceptado y participado en el plan, aunque estos lo nieguen rotundamente. También existen registros en Twitter de algunos diplomáticos en Caracas que aseguraban que, de los supuestamente involucrados en la conspiración, Padrino era el agente doble más probable.

A su vez, hay otras teorías, como que la oposición jugó muy mal sus cartas, pues al escuchar rumores de que la trama había sido descubierta, sus líderes se lanzaron a las calles antes de lo planeado, lo que asustó a los conspiradores cercanos al régimen y, por lo tanto, condenó el plan.

Maduro está intentando ahora reforzar el apoyo de entre los militares»

Cualquiera que haya sido la secuencia real de los eventos del 30 abril, Maduro está indudablemente más debilitado. La deserción del jefe del Sebin —de quien se cree que ya abandonó el país— ha sido la más significativa hasta el día de hoy. De ahí que Maduro esté intentando ahora reforzar el apoyo de entre los militares, puesto que sigue la duda sobre la lealtad de algunos hacia él, incluso de parte del mismo ministro de la Defensa. Freddy Bernal, un leal al régimen y quien supervisa la distribución de alimentos del Gobierno, ya advirtió que este primer intento de rebelión ha sido solo un ensayo que podría repetirse en cualquier otro momento.

¿Y ha sido positivo el levantamiento para la oposición? Tampoco. Al haber prometido que el final del régimen de Maduro era inminente, Guaidó ha perdido credibilidad entre miembros de la oposición, en particular, y la población, en general. También hay signos de fatiga y desaliento entre la oposición. Ejemplo de ello fue una protesta el 5 de mayo afuera de las bases militares que atrajo poca asistencia. Las divisiones dentro de la oposición también son evidentes. En un extremo, algunos miembros piden a Guaidó que solicite la asistencia militar de EE. UU., mientras que en el otro extremo presionan para lograr un acuerdo negociado. Las divisiones han aumentado, asimismo, con la decisión del Grupo de Lima de invitar a Cuba para que actúe como intermediario, así como por la liberación de López, quien además de ser una figura carismática y controvertida en la oposición, también tiene enemigos dentro de ella.

Es muy poco probable que veamos a Guaidó encarcelado, a pesar de las constantes amenazas del Gobierno. Quienes son leales al régimen parecen haber llegado a la conclusión de que Guaidó es más inofensivo de lo que aparenta y de que su detención corre el riesgo de crear un “mártir” entre la población y de provocar una reacción en EE. UU.

La situación es muy delicada y la profundización en las grietas dentro del régimen refuerza mi visión de que Maduro abandonará el cargo en la segunda mitad de este año o a comienzos del 2020. A pesar de que existen numerosos riesgos en esta previsión, es importante señalar que históricamente numerosos levantamientos fallidos han antecedido a los exitosos.

Ahora es el momento de los militares para interpretar lo que está sucediendo y lo que están dispuestos a hacer en respuesta. Posiblemente en un futuro no muy lejano veremos a Venezuela avanzando hacia un escenario en el que los militares tomen el control total, sin Maduro, pero no necesariamente en línea con los términos y la agenda de Guaidó para la transición. Lo que se vendrá serán tiempos muy inciertos para una Venezuela ya muy convaleciente.


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Economista. Analista de mercados e inversiones sostenibles en Dow Jones. Postgrado en Economía y Negocios Internacionales en la Facultad de Economía de la Hochschule Schmalkalden (Alemania).

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