En las últimas semanas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado la suspensión del Título 42, que garantiza (al servicio de fronteras estadounidense) la posibilidad de impedir la entrada de inmigrantes en el país. Con la justificación de proteger a la población de los riesgos de la pandemia de la COVID-19, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han impedido la entrada al país de millones de latinoamericanos en los últimos dos años por la frontera sur. La suspensión de la medida está siendo vista como un factor potencial para una crisis migratoria.
Los grandes flujos de migrantes latinoamericanos hacia Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades de vida no son recientes. A lo largo de los años, miles de personas han abandonado México, Cuba, Nicaragua y Venezuela, así como otros países de la región, debido a dificultades económicas, falta de oportunidades e incluso porque huyen de la persecución política.
El expresidente Donald Trump, que gobernó Estados Unidos durante cuatro años, ascendió a la jefatura del país con una propuesta bastante polémica. Su gobierno planeaba construir un muro en la frontera con México para evitar la migración ilegal. El presidente republicano también anunció que aumentaría la burocracia para los latinoamericanos que solicitaran la ciudadanía estadounidense, lo que fue apoyado por varios grupos políticos nacionalistas.
Aunque no se construyó el muro, sí se emprendió un cambio importante en la política migratoria con respecto a Estados Unidos. En marzo de 2020, el presidente Trump estableció el llamado Título 42 que autorizaba la deportación inmediata de cualquier persona que intentara ingresar ilegalmente a suelo estadounidense. Dicha medida se justificaba por el contexto pandémico que se vivía en ese momento. Según el Gobierno, sería necesario extender las barreras fitosanitarias al país, a fin de evitar la propagación del virus COVID-19, que ya se encontraba en un grado muy fuerte.
El mismo año en que se promulgó el Título 42, el presidente Biden ganó las elecciones, para lo que se basó en un discurso de atención a los inmigrantes latinos. El intento de convergencia entre la Casa Blanca y una política migratoria más suave se vio representado incluso en la composición de la lista presidencial. Biden mantuvo a su lado en la disputa electoral a Kamala Harris, exsenadora por California e hija de inmigrantes.
Pero en la práctica, el presidente demócrata se ha mantenido muy estricto en relación con la entrada de inmigrantes latinos en su país. De acuerdo con las autoridades migratorias, alrededor de 2,8 millones de personas han sido deportadas de Estados Unidos sin posibilidad de solicitar asilo, una de las disposiciones contenidas en el Título 42.
Esta medida migratoria, de tipo restrictivo, sin embargo, expiró el 12 de mayo de 2023, luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciara que se había superado la peor fase de la pandemia.
Estados Unidos y los países latinoamericanos tienen una preocupación justificada por el retraso de tres años para los que solicitan entrar en el país. Para evitar incidentes, el presidente Biden ha desplazado a la frontera mexicana a más de 24.000 agentes de inmigración, incluyendo a policías federales y a militares, que, según el Pentágono, solo ayudan a mantener el orden en las zonas con aglomeraciones de gente.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha ofrecido a ayudar a acercar a los países latinoamericanos y a Estados Unidos para evitar una situación caótica. En los estados del norte de México, en particular, se están congregando miles de personas, esperando el momento adecuado para cruzar a Estados Unidos. También hay una acumulación de población en el estrecho de Darién, que une a Colombia y a Panamá, un denso espacio selvático que cruzan los migrantes que viajan desde Suramérica hasta Centroamérica.
El procedimiento para la legalización de latinos en Estados Unidos sigue siendo riguroso y se aplican sanciones a quienes permanecen ilegalmente en el país.
Organizaciones internacionales especializadas en derechos humanos han presentado informes que señalan una serie de violaciones de los principios internacionales y han denunciado violencia, asesinatos, violaciones y otros crímenes cometidos contra inmigrantes que se encuentran en el proceso de la búsqueda de asilo en Estados Unidos.
Las próximas semanas serán muy delicadas ante un posible caos migratorio de personas procedentes de diferentes países de América Latina y el Caribe en busca de una nueva vida en suelo americano.
Autor
Profesor de Relações Internacionales. Doctor en C. Políticas por la Univ. Federal de Minas Gerais (Brasil). Miembro de la Conferencia Americana de Organismos Electorales Subnacionales por la Transparencia Electoral (CAOESTE).