Buena suerte la del presidente Bukele, que, en un solo acto, ha visto desaparecer de su futuro, tres sombras que podían haberle implicado con el narcotráfico.
El rciente anuncio de cancelación del acuerdo de extradición parece deberse a que el Gobierno sabía que la embajadora estadounidense actuaba para que la Justicia de su país abriera expedientes contra funcionarios cercanos a la presidenta.
Inexorablemente, el presidente salvadoreño Nayib Bukele se encamina con absoluta calma hacia su inconstitucional reelección ya que controla todo el aparato estatal, incluyendo los poderes legislativo y judicial.
En los últimos tiempos todos los gobiernos han representado, en mayor o menor medida, los intereses de una clase privilegiada de empresarios y políticos corruptos.
Para la numerosa oposición al Gobierno, este aparatoso despliegue es una nueva puesta en escena del presidente, muy adepto a los golpes de efecto que, si bien atraen las miradas, no garantizan una mejora en la situación de inseguridad
Ciertos especialistas y organizaciones locales consideran que este es un mecanismo concebido por poderes transnacionales para limitar la autonomía de la región.
Cada vez que aparece una nueva lista, por lo general, los nuevos integrantes son personajes de segunda o los llamados “idiotas útiles”, mientras que los ideólogos de los más variados actos de corrupción, no aparecen jamás.
Mascarillas, envases y todo tipo de desechos llegan, especialmente en la temporada de lluvias, a zonas costeras y turísticas de Honduras que han sido arrastradas por el río Motagua a lo largo del territorio guatemalteco.