Cientista político. Profesor Titular de la Universidad de Guanajuato (México). Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Florencia (Italia). Sus áreas de interés son política y elecciones de América Latina y teoría política moderna.
El reconocimiento del papel político de los tribunales y las cortes supremas se debe a los procesos de democratización que llevó a profundas reformas constitucionales para afirmar derechos políticos, sociales, económicos y culturales.
Todos los mecanismos que permitan a la ciudadanía ver concordancia entre su vida cotidiana y la política en las instituciones pueden mejorar la calidad de la democracia y acercarla de nuevo a la política.
No basta la existencia de dos o más partidos. Quien está en el gobierno debe asumir que debe tener un contrapeso político, de otra manera surgirán tentaciones autoritarias con el consecuente deterioro de los principios democráticos.
Hasta ahora las encuestas muestran que esta no es la Constitución que desea la sociedad chilena, por lo que si es rechazada, también se habrá perdido una oportunidad histórica.
La revocación de mandato se ha introducido en los sistemas presidenciales como un mecanismo de democracia directa, pero en la práctica, opera más como un mecanismo de medición de fuerzas entre el gobierno y la oposición y un termómetro de popularidad de los gobernantes de turno.
Durante las campañas electorales de 2021 en Ecuador, Argentina, Perú, Chile, México, Honduras y Nicaragua abundaron discursos polarizadores y estrategias electorales confrontativas que son producto de una grieta profunda en torno al significado de la democracia.
En los próximos meses, es probable que AMLO recurra a amplias movilizaciones y profundice su estrategia de polarización para mantener vivo su proyecto. Pero esto será, a su vez, una muestra de que su poder se desvanece, como el de todos los presidentes fuertes que han gobernado México.
Desde finales de los setenta se dieron en diversos países cambios de régimen orientados hacia la democracia. Hoy, cuando los militares han vuelto a aparecer en la escena política latinoamericana, es bueno recordar aquellas transiciones y las lecciones que nos dejaron.
En los años 60 y 70 eran recurrentes los golpes de Estado encabezados por militares en América Latina. En las primeras dos décadas del siglo XXI, sin embargo, las interrupciones de mandatos presidenciales han desarrollado otras características menos violentas, pero igualmente graves.