Exigimos la inmediata liberación de José Gabriel Barrenechea y de todos los periodistas detenidos arbitrariamente. La libertad de prensa y de expresión son derechos fundamentales que deben ser protegidos, no criminalizados.
Uruguay vive la principal crisis política desde la restauración de la democracia en 1985, y el desencadenante es tan escandaloso que para el sereno y ordenado país suena casi que a ficción.
Un nuevo ciclo político comienza en la Argentina a partir del 10 de diciembre próximo ¿Cómo entender en estas horas este verdadero terremoto electoral?
Creo que es importante que desde la región se siga ejerciendo presión para que el medio más influyente del mundo retome sus publicaciones en español. Pero creo que es mucho más importante juntar fuerzas para intentar crear nuestro propio New York Times. Y Latinoamérica21 va a ser parte de este proceso.
Con el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, el vacío de poder se termina de apropiar de lo poco que quedaba del Estado más antiguo de América Latina.
*Texto basado en una entrevista al analista político haitiano Joseph Harold Pierre
América es el epicentro mundial de la pandemia. Pero hay una excepción: Uruguay. Sin embargo, los argumentos presentados en la mayoría de medios, así como por el gobierno y la oposición, no explican la realidad del país. Las causas fundamentales del milagro podrían tener poco que ver con el mérito charrúa.
En semanas la enfermedad apareció en pequeñas poblaciones de la selva amazónica y el desierto del Sahara. Sin embargo, el virus no avanzaba homogéneamente por el mundo. Como si se tratara de una superposición cartográfica, el mapa de la pandemia más bien reproducía a grandes rasgos la geografía de la globalización.
El vicepresidente renunció fundamentalmente porque socialmente ya había sido condenado, al igual que el resto de los directivos, gracias a un mensaje que se repitió a diario y durante años en los medios, haciendo parte, de forma consciente o no, de un proceso de manipulación de la verdad que terminó por reemplazar a la realidad.
Hace décadas que nos hemos acostumbrado a la llegada de mesías o redentores del más diverso pelaje, provenientes del mundo del entretenimiento o profesiones que les han permitido acumular prestigio -y, sobre todo, dinero- que desembarcan triunfales en el mundo de la política para salvar a su pueblo de la política.