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Ineficiencia en los sistemas de salud de América Latina

Desde el año 2000, los sistemas de salud han sido fundamentales para el progreso sanitario en América Latina y el Caribe. La mejora de la cobertura de la asistencia se explica por la ampliación del acceso de los ciudadanos a servicios de salud con un aumento de la esperanza de vida o la disminución de las tasas de mortalidad de niños menores de 5 años. De hecho, según la OMS, gran parte de los países de la región están implementando políticas y programas que tienen como objetivo alcanzar la cobertura universal de salud. Sin embargo, más allá de los avances de las últimas décadas, todavía existen en la región necesidades no resueltas y grandes inequidades en el acceso a la salud.

En América Latina, el gasto público en sanidad en el año 2004 era del 3,7%, una cifra sensiblemente menor al mínimo recomendado del 5% necesario para garantizar ciertos estándares mínimos en los servicios de salud. La inversión, sin embargo, varía notoriamente entre países, desde un reducido 1,5% del PIB en el caso de Venezuela, hasta el 6,7% y el 10,5% en Costa Rica y Cuba, respectivamente. Para superar estas carencias y alcanzar el acceso asequible a servicios de salud de calidad para todos los ciudadanos, los diferentes Gobiernos se encuentran entre la necesidad de movilizar recursos adicionales o reestructurar los actuales niveles de inversión para alcanzar la cobertura universal.

Las políticas deben centrarse en mejorar la eficiencia de la atención de salud invirtiendo en intervenciones que logren los mejores resultados de salud e implementando esas intervenciones de manera adecuada»

En la región, el gasto total en salud aumentó de 6,3% a 7,2% entre 1995 y 2014. Pero en el contexto económico regional y mundial de este momento, gran parte de los países latinoamericanos se enfrentan a restricciones presupuestarias. Por ello, según el informe Mejor gasto para mejores vidas: cómo América Latina y el Caribe puede hacer más con menos, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “las políticas deben centrarse en mejorar la eficiencia de la atención de salud invirtiendo en intervenciones que logren los mejores resultados de salud e implementando esas intervenciones de manera adecuada”.

En América Latina los datos que explican la ineficiencia del gasto en salud es reducida, lo cual es una limitante al reenfocar los esfuerzos para definir políticas. Sin embargo, de acuerdo con el estudio del BID, de los 27 países de América Latina y el Caribe, 22 se encuentran en la mitad inferior del ranking de eficiencia promedio mundial, y 12 de estos, en el cuarto menos eficiente. Esto se debe a una incorrecta distribución de los recursos destinados a recursos humanos, infraestructura, medicamentos, equipos e información.

Los países de la región, sin embargo, presentan una gran heterogeneidad en términos de eficiencia del gasto. Chile es el país más eficiente y el único de la región ubicado dentro del 25% superior, donde se hallan la mayoría de los países de la OCDE, y su gran eficiencia explica sus buenos resultados en diferentes índices como la esperanza de vida al nacer. Barbados, Costa Rica, Cuba y Uruguay son los países de la región que le siguen en cuanto a eficiencia. En el extremo opuesto, los países más ineficientes en términos de inversión en salud son Bolivia, Ecuador, Guatemala, Guyana, Panamá y Surinam. Y una de las categorías en las que los países de la región presentan resultados particularmente negativos es en la provisión de acceso equitativo a los servicios de salud.

En este contexto, donde el crecimiento del presupuesto de salud es improbable, según el estudio del BID, gran parte de los países de la región podrían mejorar sensiblemente los indicadores mejorando la eficiencia. Para ello, los Gobiernos deberían “mejorar las instituciones y la gobernanza; regular los precios farmacéuticos; y ofrecer atención primaria integral”. Estos cambios se hacen imprescindibles ante el envejecimiento de la población, el aumento de la incidencia de enfermedades crónicas o los avances socioeconómicos que se traducen en una mayor demanda de servicios de salud universal y de calidad.

Autor

jeronimogiorgi@hotmail.com | Otros artículos del autor

Periodista, Máster en Periodismo de la Universidad de Barcelona y en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Complutense de Madrid.

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