Las nuevas tecnologías están cada vez más impregnadas en la sociedad. El uso de herramientas innovadoras influye, mueve y transforma la economía mundial. El mercado del comercio electrónico en América Latina, por ejemplo, avanza a un fuerte ritmo de crecimiento anual. Entre 2017 y 2021, ha habido una expansión anual del 22% en los mercados de la región. ¿Y el futuro? Se prevé que el comercio electrónico aumente, con una tasa media anual del 19% para 2025. Esto se debe en parte a la amplia gama de métodos de pago como las tarjetas de crédito y débito, carteras digitales, BNPL (Buy Now Pay Later) y transferencias en tiempo real, entre otros.
Los hábitos de los consumidores en cuanto al uso de la tecnología se reflejan en la forma en que realizan sus pagos. Según The Global Payments Report 2022, el comercio electrónico en los mercados latinoamericanos tendrá un crecimiento anual de dos dígitos para 2025, incluyendo los mayores de la región, es decir, Brasil (18%) y México (17%).
Sin embargo, las tarjetas de crédito siguen siendo el principal método de pago en el comercio electrónico de la región. En 2021 representaron casi el 40% del valor de las transacciones y destacaron como la mayor presencia del sector en todos los mercados latinoamericanos. En Brasil se registró la mayor adherencia, con un 44,7% de uso. Las tarjetas de débito representaron otro 18,2% del valor de las transacciones en la región durante el año.
Perú y Chile, donde se observa el aumento de su población bancarizada, deberían contribuir a las tasas de uso de tarjetas previstas para 2025. Pero incluso con una reducción del 3% en su cuota, las tarjetas de crédito deberían seguir siendo el líder de los pagos de comercio electrónico en la región, excepto en México debido a que la creciente popularidad de las carteras digitales tomará la delantera en 2024 como principal método de pago en el comercio electrónico por cuota en el valor de las transacciones.
La adopción de los monederos digitales no es casual ya que estos permiten a los consumidores almacenar de forma segura sus credenciales de pago y transferencia para las compras en prácticamente todos los canales en los que se realiza el comercio, ya sea en línea, en apps o en tiendas físicas. Y, en el caso de México, esta tendencia es un reflejo de la adhesión de la población al medio de pago, que en 2021 representó el 27% de las transacciones. Y en los próximos tres años debería alcanzar cerca del 36% de participación. Colombia y Perú también están abiertos al uso de carteras digitales, con una tendencia creciente para 2025. En el contexto regional, la participación de este medio de pago será del 25% en los próximos tres años.
También se han visto transformaciones significativas en las transferencias bancarias que representaron casi la décima parte del gasto regional en comercio electrónico en 2021, con una proyección similar para 2025. Sin embargo, su uso adopta trayectorias variadas. Se estima una caída en Perú, del 8,8% en 2021 al 3,8% en 2025, y en Colombia del 16,5% a menos del 10% en los mismos períodos. En Brasil, con la introducción del pago instantáneo de Pix, se prevé que las transferencias en tiempo real pasen del 10,9% a casi el 18% en 2025.
Los pagos en tiempo real contribuyen a reforzar el comercio electrónico en la región. Argentina y Colombia, que ya contaban con soluciones establecidas, presentaron evoluciones en sus productos. Chile se situó a la cabeza, con un aumento del 140% en el volumen de transacciones (casi dos millones al día), y México y Brasil crecieron sensiblemente. De hecho, en Brasil se está exigiendo a todas las entidades, incluidas las fintech, que participen en Pix si tienen más de 500.000 cuentas de clientes activas para promover su difusión. América Latina está siguiendo la tendencia mundial de apoyar los pagos de las empresas, corporaciones y agencias gubernamentales a través de esquemas en tiempo real.
Dentro de esta amplia oferta de servicios y productos digitales, el BNPL -pagos que permiten a los consumidores abonar bienes y servicios, ya sea a través de una única factura o en cuotas finitas- está empezando a ganar adeptos en el comercio electrónico. El valor de las transacciones sigue siendo bajo -por debajo del 1%-, pero el ritmo de crecimiento será uno de los más rápidos del mundo.
Este movimiento del comercio electrónico, asociado al cambio de los hábitos de consumo, tendrá sin duda repercusiones en la economía, desde la global hasta la local. Cada país percibirá los efectos de esta transformación en función de su perfil cultural, la cartera de productos tecnológicos disponibles en el mercado y, por supuesto, las orientaciones económicas actuales. Más allá de las especificidades de cada nación, lo cierto es que estamos abriendo el camino a nuevos tiempos en los que la innovación y la tecnología impregnan diferentes aspectos de la vida social y económica de toda la sociedad.
Con esta revolución tecnológica en el sistema financiero que repercute en el comercio electrónico, ¿podemos decir que el dinero en efectivo va a desaparecer? La sociedad evoluciona, se renueva y tiene un increíble poder de transformación. Se prevé que las operaciones de pago realizadas con dinero en efectivo se reduzcan a la mitad para 2025, frente al 3,8% del gasto en comercio electrónico en la región en 2021. Otoño, sí. Extinción, no. Necesitamos el papel moneda para completar esta mezcla de medios de pago contemporáneos, que siempre se renovará.
Autor
Vicepresidente Senior de Worldpay de FIS (Fidelity Information Services) / América Latina. Postgraduado en Finanzas por la Universidad Católica Argentina (UCA). Conferencista en eventos regionales sobre finanzas electrónicas.