Las elecciones han dejado de ser eventos domésticos para convertirse, en algunas ocasiones, en auténticos sucesos globales. Y si hay unas elecciones que combinan un sistema electoral único, candidatos excéntricos, una campaña mediática y expectación mundial, son las de los Estados Unidos. A pesar de ser uno de los países más desarrollados del mundo, de acuerdo a metodologías internacionales como las de The Economist Democracy Index o Varieties of Democracy (V-DEM) en términos de calidad democrática no alcanza los niveles de los países europeos occidentales o su vecino Canadá.
Esto tiene razones estructurales como el sistema electoral (voto indirecto para presidente a través del Colegio Electoral), la politización de la delimitación de los distritos (gerrymandering), los obstáculos históricos para la participación de grupos específicos, entre otros; aunado a cuestiones de coyuntura como la erosión de la legitimidad de las instituciones, la insatisfacción con la democracia y la judicialización de las elecciones.
La organización administrativa y electoral de los Estados Unidos es una rara avis si la comparamos con el resto del continente americano. Mientras que en la mayoría de los países de la región existen comisiones electorales con amplias facultades operativas y jurisdiccionales para la organización de las elecciones, los norteamericanos tienen un sistema tan descentralizado que permite que cada uno de los más de tres mil condados a lo largo y ancho del país tengan autonomía para diseñar las regulaciones bajo las que se celebran las elecciones. Si bien los condados están bajo la jurisdicción y deben respetar los marcos legales de cada estado, esto no garantiza que los procedimientos estén estandarizados. Es así que en un mismo estado podemos encontrar diferentes métodos de votación, regulaciones para el registro electoral, mecanismos para la identificación de los votantes o de tabulación de resultados. Aun con esta variedad de sistemas y regulaciones, en un país de 350 millones de habitantes los resultados de la elección presidencial se conocieron pocas horas después del cierre de las mesas.
Transparencia Electoral tuvo la oportunidad de realizar una misión en el marco de las elecciones del pasado 5 de noviembre de 2024 y visitó centros de votación en tres condados: Montgomery (Maryland), Miami-Dade (Florida) y Los Ángeles (California). Es importante aclarar que Los Ángeles es el condado más grande de los Estados Unidos, con más habitantes (9,6 millones) que 41 estados del país.
Esta experiencia nos permitió observar tres sistemas de votación distintos, aunque con un elemento en común: el esfuerzo de las autoridades electorales para facilitar la participación a través de varias modalidades de votación y del uso de tecnología.
Latinoamérica, con sistemas electorales y organizaciones administrativas muy diferentes, puede tomar algunas lecciones en materia de facilidades para la emisión del voto. A continuación, algunas de ellas.
1. Votación anticipada presencial.
Los tres condados ofrecieron a sus electores la posibilidad de votar anticipadamente, lo que incentiva la participación electoral, especialmente dado que la jornada electoral en los EE. UU. es un martes. Montgomery dispuso de 14 centros de votación para voto anticipado durante ocho días (24-31 de octubre). Miami-Dade disfrutó de esta modalidad durante catorce días (21 de octubre al 3 de noviembre) con 32 centros disponibles. Los angelinos contaron con la opción de votar temprano desde el 7 de octubre en la oficina electoral, casi un mes antes de la elección, y a partir del 26 de octubre en más de 120 centros de votación distribuidos a lo largo del condado.
2. Tecnologías observadas en la emisión del voto
Estados Unidos es pionero en la automatización de los procesos electorales desde los años 60, cuando se implementaron las primeras soluciones tecnológicas como las máquinas de tarjetas perforables y computadoras para el escrutinio. Hoy en día, la tecnología electoral está presente en miles de condados del país.
En Montgomery, desde 2014 se utiliza el sistema Election Systems & Software’s (ES&S), que ofrece dos modalidades: los votantes pueden optar por una boleta de papel que se escanea o votar directamente en una máquina con pantalla táctil, la cual imprime un comprobante físico que luego se escanea para su conteo.
En el Condado de Miami-Dade, el procedimiento es similar. Los electores reciben una boleta de votación, marcan sus preferencias rellenando óvalos y luego la introducen en un escáner (DS200) para su tabulación. También pueden usar una máquina con pantalla táctil (Express Vote Unit) que registra sus preferencias en una tarjeta, la cual luego se escanea.
Finalmente, en Los Ángeles encontramos el Voting Solution for All People (VSAP), un sistema integral diseñado por las autoridades del condado y desarrollado por la empresa Smartmatic (software del sistema, Dispositivos de Marcado de Boletas, integración de los elementos que conforman el sistema VSAP).
Uno de los aspectos más innovadores es que los electores pueden “premarcar” sus preferencias —antes de llegar al centro de votación— desde su computadora o dispositivo móvil y generar un código QR llamado Poll Pass. Este código se utiliza para acelerar el proceso de votación y evitar aglomeraciones. Los votantes pueden llevar su Poll Pass en su teléfono inteligente y escanearlo en el centro de votación, donde los Dispositivos de Marcado de Boleta imprimen la boleta de papel con sus selecciones.
El sistema de votación en Los Ángeles destaca por su enfoque inclusivo y accesible. Las máquinas VSAP podían mostrar opciones de boleta hasta en 19 idiomas y permiten ajustar la fuente y el contraste de la pantalla e incluir un panel de control Braille. Están diseñadas para facilitar el acceso a votantes en silla de ruedas y la pantalla táctil era ajustable en altura. Además, las máquinas no almacenan los votos, lo que garantiza la seguridad y privacidad de los electores al solo imprimir sus preferencias en las boletas de papel.
Voto por correo
La opción de voto por correo ganó popularidad, especialmente en el contexto de la pandemia. En Montgomery, los electores podían registrarse para voto postal por teléfono o mensaje de texto y recibir la boleta por correo postal (hasta el 29 de octubre) o por correo electrónico (hasta el 1 de noviembre). En Miami-Dade, los electores podían solicitar el voto postal de diversas maneras hasta 12 días antes de la elección. En Los Ángeles, los más de 5 millones de electores recibieron automáticamente la boleta por correo y pudieron optar por enviarla por correo, depositarla en buzones designados o llevarla a un centro de votación.
Lecciones para América Latina
En la región latinoamericana aún prevalece el paradigma del manualismo electoral, es decir, que millones de personas se congregan en un mismo día en miles de centros de votación para emitir su voto de manera presencial con una boleta de papel, que luego son contadas por autoridades de mesa que para el momento del escrutinio y la confección de las actas ya llevan más de 12 horas de servicio.
Si bien hasta el momento este formato se ha mantenido, los tomadores de decisiones deberían analizar experiencias exitosas en otras latitudes para facilitar la emisión del voto, como la implementación de tecnología en la autentificación de la identidad del votante, la emisión del voto o la tabulación, así como modalidades como el voto por correo o por internet y el voto temprano.
Estas reformas podrían impactar positivamente sobre todo en aquellos países con índices de participación electoral bajos, poniendo a disposición de los electores mecanismos alternativos para la emisión del sufragio. Finalmente, el sistema político se vería beneficiado con una mayor legitimidad si efectivamente se consigue mejorar la participación.
Las experiencias son diversas, pero las exitosas tienen en común que se han originado a partir de un amplio debate con diferentes actores (autoridades electorales, partidos políticos, sociedad civil) para identificar las oportunidades de mejora y desarrollar soluciones especialmente diseñadas para ello.
Autor
Director Ejecutivo de Transparencia Electoral. Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Central de Venezuela (UCV). Candidato a Magíster en Estudios Electorales por la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM / Argentina).