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Aprendiendo del pionero manufacturero de Centroamérica: cuatro lecciones de Costa Rica

En tres décadas, Costa Rica pasó de exportar materias primas a convertirse en un referente global de manufactura médica, ofreciendo valiosas lecciones para América Latina.

Hace 30 años, Costa Rica era una economía basada en recursos naturales y dependiente de la exportación de materias primas. Hoy, sin embargo, es un próspero centro de manufactura e innovación con más de 90 multinacionales de tecnología médica que operan dentro de sus fronteras. Costa Rica es una de las economías más avanzadas de América Latina, con un crecimiento promedio del 18% anual en las exportaciones de dispositivos médicos. En 2023, la principal fuente de ingresos por exportaciones de Costa Rica fueron los dispositivos médicos y, sorprendentemente, en 2022, Costa Rica superó las exportaciones biomédicas de China a Estados Unidos. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo logró un país de tan solo 5,3 millones de habitantes alterar el statu quo comercial en las Américas?

Esta extraordinaria transformación comenzó en la década de 1990. El gobierno costarricense detectó el impacto de la globalización en las cadenas de suministro y decidió reorientar su economía para atraer inversión extranjera directa (IED) mediante la transición hacia cadenas de suministro de mayor valor y tecnología. Inversiones clave en la educación y capacitación de la fuerza laboral, además del desarrollo de políticas y prácticas empresariales inteligentes y orientadas al crecimiento, generaron un impulso que impulsó la economía del país hacia una nueva era. En el transcurso de 15 años, Costa Rica pasó de ser una economía dependiente en gran medida de la exportación de recursos naturales a un importante centro manufacturero en el hemisferio occidental, batiendo récords de inversión extranjera directa (IED) en el proceso. A continuación, cuatro lecciones del ascenso de Costa Rica.

Lección n.° 1: No politiquear

Incluso en las democracias más estables, las políticas de la administración anterior suelen abandonarse con la transición de gobiernos. Sin embargo, cuando el gobierno costarricense decidió centrar su atención en la fabricación de dispositivos médicos, se aseguró de que esta nueva política estatal no se viera afectada por las mareas políticas. Los responsables políticos y las élites de la industria compartían una visión: al reformar la economía de la cadena de suministro, podrían reformar la economía costarricense en su conjunto. 

El país adoptó un enfoque de Cadena Global de Valor (CGV) examinando cada paso del proceso, desde el abastecimiento de materias primas, la investigación y el desarrollo, el diseño, el ensamblaje, los controles de calidad y las regulaciones de exportación. Al adoptar un enfoque de cadenas de valor globales (CVG), el gobierno garantizó que tanto el sector público como el privado comprendieran claramente las industrias existentes y las cadenas de suministro globales, lo que les permitió implementar eficazmente nuevas políticas específicas para promover el desarrollo económico en los sectores e incrementar la IED total. 

Además, se crearon estructuras de gobernanza, como la Consejería Presidencial para la Competitividad y la Innovación, para reunir a importantes actores del sector público y privado con el fin de impulsar la participación en la economía global y guiar y supervisar la nueva estrategia de Costa Rica para la cadena de suministro. El Ministerio de Comercio Exterior de Costa Rica (COMEX), la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER) y la Agencia Costarricense de Promoción de Inversiones (CINDE) también impulsaron políticas favorables a las empresas para garantizar que las empresas e inversionistas extranjeros pudieran integrarse fácilmente en los mercados nacionales y locales. Esto dio lugar a que multinacionales como Intel, Boston Scientific y Hewlett Packard se establecieran en Costa Rica. Al demostrar un apoyo continuo a los sectores público y privado, las empresas aseguraron el compromiso del gobierno con el desarrollo de la industria costarricense de dispositivos biomédicos. 

Lección n.° 2: Crear un entorno propicio para los negocios

La red de Tratados de Libre Comercio (TLC) de Costa Rica abrió las puertas a los mercados estadounidense, europeo y asiático, generando más oportunidades para la IED de grandes multinacionales. Bajo el sistema de incentivos de la zona franca costarricense, las empresas de tecnología médica (MedTech) pueden operar libres de impuestos durante varios años, lo que les brinda margen para establecer operaciones mientras se establecen en el país. Las políticas comerciales abiertas y el sistema de incentivos para las empresas de MedTech permitieron a Costa Rica invertir en sus plantas de fabricación y canales de distribución, fortaleciendo sus vínculos en la cadena de suministro. 

COMEX, PROCOMER y CINDE garantizan que los TLC y los sistemas de incentivos formen parte de un ecosistema de políticas orientadas al mercado para atraer IED al sector de dispositivos médicos. Hoy en día, con la creciente popularidad de la deslocalización cercana y la deslocalización amiga en el hemisferio occidental, Costa Rica se ha posicionado como un socio ideal para Estados Unidos.

Lección n.° 3: Capacite a su fuerza laboral actual

Costa Rica también realizó una importante inversión en capital humano para aumentar la competitividad e impulsar la innovación. El Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) ofreció una serie de programas técnicos y vocacionales para capacitar a los trabajadores en industrias de alta demanda. 

En 2020, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones de Costa Rica y CINDE desarrollaron programas de certificación profesional para ampliar el nivel de talento, innovación y competitividad en la industria de dispositivos médicos. La Consejería Presidencial para la Competitividad y la Innovación monitorea el éxito y la eficacia de estos programas para evaluar si se alinean con el enfoque de cadenas de valor mundiales (CVG) y si están mejorando el capital humano y la capacidad de innovación de Costa Rica en el sector. 

Al priorizar el desarrollo de la fuerza laboral, el gobierno estableció una reserva de trabajadores altamente calificados que no solo apoya al sector de dispositivos médicos, sino que también los prepara para otras cadenas de suministro de alta tecnología en los sectores de las ciencias de la vida y el farmacéutico.

Lección n.° 4: Cultivar el talento interno

Costa Rica es uno de los países con mayor nivel educativo de América Latina y ocupa el segundo lugar en dominio del inglés. Sin contar con un ejército que financiar, Costa Rica ha realizado importantes inversiones en educación durante los últimos 50 años. Al cultivar una fuerza laboral altamente capacitada, calificada y orientada al mercado, las universidades han sido fundamentales en la transformación de su economía exportadora. 

Las universidades públicas reciben importantes subsidios del gobierno y han desempeñado un papel clave en el desarrollo y la gestión del talento que ingresa a estas áreas de alta tecnología. CINDE estableció alianzas con universidades estadounidenses como la Universidad Rice, la Universidad de Wisconsin Stout y la Universidad de Minnesota para impulsar la investigación y el desarrollo en ingeniería biomédica. 

También se ha asociado con el Instituto Tecnológico de Georgia para desarrollar planes de estudio complementarios en el sector de dispositivos médicos y otras áreas de alta demanda. Las alianzas universitarias generan oportunidades para una mayor investigación e innovación, a la vez que fortalecen los vínculos industriales entre Costa Rica y Estados Unidos. Al gestionar su propia cartera de talento local, Costa Rica orientó su fuerza laboral hacia el éxito en sectores críticos y transformó por completo la trayectoria de sus exportaciones.

Conclusión

La evolución de la cadena de suministro de Costa Rica no fue un éxito repentino; tardó 15 años en ver un cambio sustancial en su economía exportadora. Pero fue su éxito. La IED de multinacionales y las alianzas transnacionales con universidades han impactado significativamente al sector, pero las políticas e iniciativas en sí fueron iniciadas e impulsadas íntegramente por el gobierno costarricense y sus socios del sector privado. 

A medida que las empresas de tecnología médica continúan expandiéndose, crean oportunidades para una mayor inversión en otros sectores exportadores de las industrias tecnológica, de ciencias de la vida y farmacéutica. El énfasis de Costa Rica en la capacitación, formación y desarrollo profesional de la fuerza laboral para la industria de dispositivos médicos preparó simultáneamente a los trabajadores para la transición hacia otras cadenas de suministro de alta tecnología, manteniendo el flujo de una fuerza laboral nacional altamente calificada y competitiva. 

A medida que la geopolítica cambia los patrones comerciales y los países buscan diversificar y reducir el riesgo de sus propias cadenas de suministro, Costa Rica ofrece lecciones y perspectivas cruciales sobre cómo fomentar un ecosistema exportador resiliente.

Autor

Maestría de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de Johns Hopkins y una licenciatura de la Universidad de Virginia. Asesora de Pan-American Strategic Advisors (PASA) y copresidenta del Grupo de Discusión sobre América Latina de Jóvenes Profesionales en Política Exterior.

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