Economista. Analista de mercados e inversiones sostenibles en Dow Jones. Postgrado en Economía y Negocios Internacionales en la Facultad de Economía de la Hochschule Schmalkalden (Alemania).
La responsabilidad social corporativa (RSC) no solo es un ideal ético, sino también una estrategia empresarial que puede generar beneficios sociales, materiales y financieros tangibles.
La economía mexicana, la segunda más grande de América Latina después de Brasil, comienza a acercarse al abismo en el primer aniversario del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Los motivos para festejar (en el plano económico) son realmente pocos.
El pasado 6 de agosto tuvo lugar en la capital peruana la Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela y contó con la participación de 59 países y 3 organismos internacionales, y se discutió, básicamente, lo que se haría el “día después” de la caída del régimen de Nicolás Maduro.
El pasado 30 de abril, la marcha por la Operación Libertad, encabezada por Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, tuvo como finalidad alentar a las cúpulas del Ejército a cambiar su lealtad al régimen de Nicolás Maduro por el autoproclamado presidente interino de Venezuela.
Latinoamérica se enfrenta a un tiempo trascendental en varios frentes. Como telón de fondo, importantes movimientos feministas se han venido gestando, desde hace unos dos años, luego de marcadas discusiones sobre violencia machista e igualdad de género que han tenido serias implicaciones críticas tanto en el ámbito político como económico.
A principios del 2008, cuando ya había comenzado a desarrollarse en Estados Unidos la crisis financiera, en un diario financiero estadounidense, Cate Ambrose, presidenta y directora ejecutiva de la Asociación Latinoamericana de Capital Privado y Capital de Riesgo, afirmaba sobre los riesgos para Latinoamérica:
La generación de argentinos que se encuentra entre los 30 y 50 años ha recibido una pesada herencia: inestabilidad económica, agitación política y flagrante corrupción. La combinación de estos tres elementos, por familiar que nos suene a los latinoamericanos, es de especial relevancia en Argentina.
“América Latina y el Caribe mantiene una trayectoria de moderado crecimiento y su economía se expandirá 1,5% en 2018, a pesar de incertidumbres externas”. Así se titula el más reciente estudio publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Tras seis años de estancamiento, en 2017 la inversión extranjera directa (IED) en Latinoamérica volvió con bríos y se incrementó notablemente respecto al año anterior. Según el último informe de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo, el flujo de IED creció 8% y alcanzó los 150 mil millones de dólares.
Comencemos por imaginar una situación que para muchos latinoamericanos parece ser ajena y extraña y aceptar que nadie tiene nada asegurado al cien por ciento. A pesar de varios lectores no son y/o han sido migrantes, muchos si lo son o han sido y podrán entender la esencia de lo que les compartiré en este post.