Las protestas de productores y transportistas evidencian una crisis estructural del campo mexicano, marcada por la inseguridad, la dependencia alimentaria y la ausencia de una política agrícola de largo plazo.
Las apuestas petroleras de Brasil y Uruguay revelan las tensiones entre sus discursos climáticos y un modelo de desarrollo que aún prioriza los combustibles fósiles pese a la urgencia ambiental.
En América Latina, los desastres no son obra de la naturaleza, sino el resultado de decisiones de desarrollo que fabrican vulnerabilidad y riesgo desde su origen.
América Latina enfrenta el riesgo de una nueva “década perdida”, con un crecimiento regional estancado y desafíos estructurales que amenazan su desarrollo económico y social.
El avance del crimen organizado en América Latina amenaza no solo la seguridad, sino las bases mismas del desarrollo humano y la democracia en la región.
El cierre del Ministerio de Cultura y Patrimonio en Ecuador desnuda no solo una decisión política coyuntural, sino el fracaso de una institución que nunca logró asumir su rol estratégico en el cuidado colectivo de la creación cultural.