En América Latina, los desastres no son obra de la naturaleza, sino el resultado de decisiones de desarrollo que fabrican vulnerabilidad y riesgo desde su origen.
América Latina enfrenta el riesgo de una nueva “década perdida”, con un crecimiento regional estancado y desafíos estructurales que amenazan su desarrollo económico y social.
El avance del crimen organizado en América Latina amenaza no solo la seguridad, sino las bases mismas del desarrollo humano y la democracia en la región.
El cierre del Ministerio de Cultura y Patrimonio en Ecuador desnuda no solo una decisión política coyuntural, sino el fracaso de una institución que nunca logró asumir su rol estratégico en el cuidado colectivo de la creación cultural.
América Latina sigue atrapada en un modelo primario-exportador que la condena a la dependencia, la fuga de cerebros y la pérdida de oportunidades en la economía del conocimiento.
En tres décadas, Costa Rica pasó de exportar materias primas a convertirse en un referente global de manufactura médica, ofreciendo valiosas lecciones para América Latina.