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El domingo, Paraguay decide

El próximo domingo 30 de abril se celebran las octavas elecciones generales de Paraguay desde que en 1989 se pusiera fin al régimen autoritario de Alfredo Stroessner. Si bien se presentan 13 duplas a la Presidencia y vicepresidencia, la oficialista, del Partido Colorado, que está conformada por Santiago Peña y Pedro Alliana, y la de la Concertación Nacional para un nuevo Paraguay, liderada por Efraín Alegre y Soledad Núñez, son las que tienen mayores probabilidades.

Las encuestas locales, sobre las cuales reina un manto de duda y desconfianza por su falta de rigor metodológico, indican en su mayoría una victoria clara a favor del candidato colorado Peña de entre el 10% y el 13%. Solo una de estas da como triunfador al líder de la Concertación Nacional por un margen estrecho que ronda el 4%. Por otro lado, la encuesta internacional Atlas Latinoamérica indica un triunfo del candidato de la Concertación por un escaso margen del 2%. En lo que sí coinciden todas, las locales y Atlas, es en los niveles favorables de intención de voto hacia el candidato antisistema Paraguayo “Payo” Cubas.

Las encuestas de las últimas semanas posicionan a Payo Cubas, del Partido Cruzada Nacional, en niveles de ascenso sorprendentes que rondan el 23% de intención de voto. Este ex congresista de perfil disruptivo, expulsado del Senado en este período por inconducta, se define a sí mismo como “anarquista romántico” y ha atraído con ideas populistas y autoritarias a un sector del electorado que está harto de la política (y los políticos) tradicionales. Le juega en contra el hecho de no contar con estructura política a escala nacional y tampoco con equipo suficiente como para cubrir las mesas de votación.

Otras candidaturas como las encabezadas por Euclides Acevedo, del Movimiento Nueva República, y el exfutbolista y ultraderechista José Luis Chilavert, tienen poco protagonismo y escasas chances, según todas las encuestas.

Estas nuevas elecciones serán atípicas, debido a los siguientes factores. El primero es el señalamiento del Departamento de Estado de Estados Unidos a Hugo Velázquez y a Horacio Cartes (vicepresidente actual, y expresidente de la república y presidente actual del Partido Colorado, respectivamente) por corrupción y la imposición de sanciones económicas.

El segundo aspecto es la reforma electoral que ha implicado la incorporación del voto preferencial y el uso de máquinas electrónicas de votación que serán empleadas por primera vez en unas elecciones generales en el país.

Por último, el surgimiento de la figura de la Concertación como espacio político novedoso, distinto a las tradicionales alianzas electorales. Este espacio nuclea a 23 partidos y a 2 movimientos políticos de oposición, por lo que tiene un carácter plural y heterogéneo.

¿Qué está en juego?

Alternancia o continuidad son las opciones que se presentan al electorado paraguayo. La Asociación Nacional Republicana (ANR) o Partido Colorado ejerce el poder desde 1948, con una breve interrupción de 5 años entre el 2008 y el 2013, cuando el exobispo Fernando Lugo lideró una alianza de partidos de oposición que derrotó al Partido Colorado. El mandato de Lugo fue interrumpido a escasos meses de que concluyera y terminó el ciclo su vicepresidente, el liberal  Federico Franco.

A partir del 2013, la ANR retomó el poder con Horacio Cartes y luego con Mario Abdo Benítez. En ambos casos hay un denominador común: tanto Cartes como Benítez derrotaron a Efraín Alegre, hoy candidato, por tercera vez, de la oposición paraguaya. En esta oportunidad, Alegre ha logrado nuclear a, prácticamente, toda la oposición paraguaya, y su partido, el Liberal Radical Auténtico (PLRA), es el socio principal y organización mayoritaria de la oposición.

Alegre es un histórico político del PLRA que cuenta con una vasta trayectoria política. Ha sido diputado, senador, exministro de Obras Públicas, presidente partidario y candidato a la Presidencia de la república en dos oportunidades. Lo acompaña como vicepresidenta Soledad Núñez, ingeniera civil, exministra de la Vivienda, del gobierno de Cartes, y reconocida por su trayectoria en organizaciones de la sociedad civil y como emprendedora.

El Partido Colorado, por su parte, buscará la continuidad en el poder mediante la candidatura de Santiago Peña. Peña fue ministro de Hacienda del gobierno de Cartes, dejó el PLRA en 2016, al cual estaba afiliado, para poder continuar como ministro ante una exigencia de la junta de gobierno del Partido Colorado de que todos los ministros fuesen colorados. Pedro Alliana, expresidente del partido y de la Cámara de Diputados, es quien acompaña a Peña como vicepresidente.

En este marco, la campaña electoral se ha caracterizado por un entusiasmo moderado de la ciudadanía y las limitaciones del Partido Colorado para gastos de campaña, producto de las sanciones económicas impuestas por el Departamento de Estado. Esto no ha evitado la violencia política de los discursos, sobre todo en redes sociales, y la proliferación de informaciones falsas, denuncias de todo tipo y campañas que pretendieron distraer la atención de la ciudadanía para confundirla.

Sin embargo, la Concertación ganó protagonismo con la presentación pública de un paquete de propuestas de contenido social en materia energética, de salud, empleo y seguridad, entre otras, que llamaron la atención de la opinión pública. Peña enfatizó en cuanto al empleo, y prometió la generación de 500.000 puestos de trabajo.

A diferencia de otros casos en la región, el clivaje de estas elecciones no ha sido ideológico, sino más bien de oposición de modelos de país y apelaciones simbólicas al cambio o la continuidad. “La patria o la mafia” ha sido el eslogan escogido por Alegre para marcar diferencia con sus oponentes políticos del Partido Colorado y, más específicamente, del movimiento Honor Colorado, al que pertenece Peña y que lidera Cartes.

La gobernabilidad, la necesidad de convocar a un acuerdo político amplio para impulsar las  reformas de fondo que el país necesita y el fortalecimiento de la institucionalidad exigen, de quien resulte electo, una gran habilidad política para dirigir este proceso histórico.

El domingo 30 de abril el electorado paraguayo tomará la decisión.

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Abogado y profesor del Centro de Políticas Públicas de la Univ. Católica de Asunción. Investigador del CONACYT. Miembro del Grupo de Investigación en Partidos y Sist. de Partidos (GIPSAL) de ALACIP. Presidente de la Asoc. de Ciencia Política de Paraguay.

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