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La catástrofe demográfica cubana

Según el Censo de Población y Vivienda, en septiembre de 2012 residían en Cuba de manera permanente 11 167 325 habitantes. La cifra oficial más actual nos la brinda el resumen Indicadores Demográficos de Cuba y sus Territorios, 2022, de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI): 11 089 511 habitantes para el 31 de diciembre de 2022.

Desestimaremos esta última cifra, ya que solo resulta de apreciaciones de la citada institución estadística y no de un conteo exhaustivo, como lo es todo censo. Es por demás poco creíble que entre el Censo de 2012 y el final de 2022, con la tasa de mortalidad en crecimiento (de 7,9 por mil en 2012 a 9,8 por mil en 2019) y la de natalidad en caída (de 10,4 en 2016 a 8,9 en 2021), con las facilidades para emigrar que se aprobaron a partir de 2013, y que en los últimos 2 años han llevado solo a los Estados Unidos a medio millón de cubanos, la población del país solo se redujera en poco menos de ochenta mil habitantes.

Sin duda una elección más conveniente de la cifra de población más actualizada habría sido usar la aportada por el Censo que correspondía hacerse en 2022. Más el régimen cubano lo ha pospuesto para el primer cuatrimestre de 2025.

Nos queda usar las cifras del Padrón Electoral para estas últimas elecciones del 26 de marzo pasado. En Cuba el Padrón tiende a poseer una exactitud cercana a la de un censo, porque aquí los votantes son incluidos de oficio, sin necesidad de que el ciudadano lo pida, en los registros electorales de su lugar de residencia. Por demás, la necesidad del régimen de evitar los altos porcentajes de ausentismo a urnas, que son interpretados como actitudes oposicionistas, lo obliga a hacer lo que no hace al calcular la real población residente en el país: descontar a todos los que ya han emigrado sin intención de volver, y que evidentemente son mantenidos como población residente en los informes de la ONEI. Esa necesidad de mostrar altos niveles de participación lleva al gobierno a situar colegios electorales incluso en los hospitales, para que los enfermos ingresados y sus acompañantes puedan votar, o a designar a personas que lleven las boletas a las casas de quienes por una u otra razón no pueden ir por sus pies hasta las urnas.

Para calcular la población total en Cuba a partir del padrón electoral existente el pasado 26 de marzo solo necesitamos saber, además de la cantidad de votantes registrados en él, el número de menores de 16 años, o sea, del sector de personas que por edad no tienen permitido ejercer el voto, y el porcentaje de población en edad de votación que históricamente el sistema electoral cubano no registra.

El 26 de marzo, tras la actualización del Padrón posterior a las elecciones, había 8 129 321 electores registrados en Cuba. Por su parte, según el Anuario Estadístico de Cuba, 2021, para el 31 de diciembre de ese año el número de menores de 16 años era de 1 862 002. Este dato, que es el único al que podemos acceder, además de por su lejanía del 26 de marzo de 2023, es en sí problemático, al ser parte de una distribución de habitantes por edades cuya suma total resulta en el cuestionable valor de 11 113 215. No obstante, al no tener nada mejor a mano lo usaremos, aun a sabiendas de que ese valor de la población menor de 16 años está inflado. Como se verá, intentaremos al final corregir en algo el error que introduce esta cifra.

Para determinar el porcentaje de población que no es registrada en Cuba, usaremos las elecciones legislativas de 3 de febrero de 2013, porque para ese proceso electoral tenemos la cifra de población más creíble de los últimos años, la obtenida por el Censo de Población y Vivienda de septiembre del año anterior (solo median cuatro meses de distancia entre el censo y la elección): 11 167 325 habitantes. A esta cifra le restaremos el número de menores de 16 años, que según el mencionado Censo fue entonces de 2 099 457, lo cual nos deja 9 067 868 habitantes con la edad necesaria para ejercer el voto. Por último, calcularemos qué porcentaje de ese número representa el padrón electoral de las referidas elecciones nacionales, de 8 668 457: 95,59%.

Como de entonces a la fecha no ha existido ningún cambio en el sistema de registro electoral, o en general en la organización de la sociedad cubana, que explicara una variación en ese porcentaje, lo utilizaremos para calcular, a partir del Padrón correspondiente, la población con 16 años o más el pasado 26 de marzo de 2023: 8 504 363 habitantes.

Si a esta cantidad de personas con 16 años o más le adicionamos ahora el número de menores de esa edad que según el Anuario de 2021 residían de manera permanente en Cuba, a pesar de estar evidentemente inflado, tendremos una estimación (al alta) de la población real en Cuba el 26 de marzo de este 2023: 10 366 365 habitantes. Una cifra que corresponde al 93,47% de la supuesta población de la isla para tres meses antes, según la ONEI en su citado Indicadores Demográficos de Cuba y sus Territorios, 2022.

Este último porcentaje nos permite hacer una corrección más: podemos suponer que la población menor de 16 años es igualmente un 93,47% de la registrada para el 31 de diciembre de 2021, y usar esta cifra algo menor en nuestro cálculo: 1 740 413, la cual, sumada al referido 8 504 363, nos da una estimación un poco más precisa de la población de Cuba para el pasado 26 de marzo: 10 244 776 habitantes. Se trata de una disminución de 922 549 habitantes desde el Censo de 2012.

En consecuencia, el decrecimiento poblacional en Cuba en estos trece años ha sido de un -7,62%. Comparable, en el mismo periodo (2012 a 2021), al de países como Lituania (-6,26%) o Letonia (-7,37%), y muy superior al de Japón (-1,53%). Cuba presenta un comportamiento muy parecido al de Puerto Rico (-10,21%), el país con una población mayor a 100 000 habitantes con mayor decrecimiento en el periodo.

La población actual de Cuba, según nuestros cálculos basados en el último Padrón Electoral, es la que las estimaciones de la década pasada planteaban tendría para 2050: 10,2 millones.

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Graduado en Formación Literaria por el Centro Onelio Jorge Cardoso y en Educación Sociopolítica por el Instituto Superior de Ciencias Religiosas a Distancia San Agustín, de la Univ. Católica de Valencia San Vicente Mártir.

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